De todo hay una lección que puedes aprovechar, debes ser capaz de verla, debes estar dispuesta a ello.
Y si algo he aprendido de todo es a tener paciencia, a esperar el momento, a esperar a ver, a esperar que todo pase. Sólo hay que saber resistir y ya lo he dicho mi lucha no tiene fin, desde que tengo uso de consciencia he sufrido de crueldades, pero siempre reviso fisuras en el muro.
Como la carta I... ahí está sin ser enviada y ya tal vez no tenga que serlo, a causa de la espera he aprendido como ahorrarme penas, todo tiene un tiempo y ese tiempo llega, a veces antes a veces una eternidad, a veces llegará cuando ya no estemos.
Pero, en cuanto al amor no puedo... no puedo leer tanta cosa.
No puedo leer de las esperas de Penélope, no puedo de sombras que esperan en una esquina a que pase, no puedo leer que cupido no da con el blanco correcto, no puedo que el mundo se apaga y que ya no nada tiene valor, que la vida es una mierda a consecuencia de él.
Y me pregunto ¿qué esperamos?... ¿qué queremos?, ¿cómo llegamos a volvernos ciegos? A veces sólo pienso que es algo de tiempo, de espera que las luces se vuelvan a encender, como sucedió conmigo, porque estuve en cuarto oscuro y frío y nadie me dijo lo que necesitaba escuchar para salir de él o simplemente me dejaron morir ahí, encerrada como se dejaba morir a la gente que tenía peste.
Sí, estuve en el sitio sin luz de nuestras pesadillas y hoy hay luz por todas partes del cuarto, inclusive en la oscuridad, derecho alguno tengo para decirle a quien le importe que en todo lo descrito no se respira nada de amor.
Recordemos nuestra humanidad divina; no somos capaces de todo bajo toda situación en todo momento, pero somos capaces de mucho si somos tenaces.
Piénsalo, de verdad. Si alguien no te ama, ¿cómo podrías obligarle a hacerlo?, ¿tú quisieras ser obligado? Si cupido tropezó y disparó para el lado incorrecto: eres humano, eres tenaz, toma su arco y sus flechas y apunta tú en forma correcta esta vez y sé paciente, porque nadie tiene ganado sólo por existir y sentirlo ser el amor de otro (y quizá no sea ese otro).
Estas últimas generaciones me asombran... es como si pequeños tiranos consentidos exigieran su "turbo man" y todo el universo debiera sufrir porque no les llegó en Navidad.
Me tratan de prepotente, me tratan de cruel, me tratan de egocéntrica, me tratan de ridícula arrogante ¿quién se creerá?, sin corazón y fría, me acosan, me persiguen, hacen y dicen cosas hacia mí como si yo fuera la causa de sus problemas.
Pero, lo que piensen de mí da igual, yo no soy quien sufrirá las consecuencias, yo te doy la llave, si es tu gusto preguntarte ¿quien es esta que me trae esta llave para abrir la cárcel en la que me encuentro? es tu problema, yo no tengo ninguno aparte de los que la soberbia de ustedes me hace pasar.
Yo te doy la oportunidad que a mí nadie me dio de poder salir de ese cubo frío, pero si te sientes cómodo ahí sigue ahí, no creas que esto es un tema para mí, no existen las creaciones que se hacen en su mente ciertas personas, no estoy obsesionada en parecer superior ni heroína ni nada, no pretendo ser más que alguien que tiene una respuesta a una incógnita.
Y al final... a quien le gusta revolcarse en su propia mierda amada no hay razón para ayudarle. Y si consideras que no te sirve para nada lo que diga es más fácil aún, no lo tomes en cuenta y no pasa nada. |