EL PROFESOR DE FLAUTA.



El profesor de música pidió,
Que todos sus alumnos eligieran,
Aquel instrumento que prefirieran,
Que no podrían cambiar,advirtió.

Con entusiasmo decidió Juanita,
Que la flauta sería su instrumento;
No quiso pensar ni por un momento
Y feliz le comentó a su mamita.

Sin tardanza contrató un profesor,
Un joven muy apuesto y talentoso,
Quien accedió de buen grado y gustoso,
A dar de sí a la chica lo mejor.

Tres clases le dictaba por semana,
En un estudio cómodo y privado,
Para tal menester habilitado
Y las clases acometió con gana.

La mamá advirtió con gran extrañeza,
El afán de Juana por aprender,
Varias veces la quiso sorprender
Sacando sin avisar la cabeza.

Una tarde,muy sigilosa y cauta,
Se asomó y casi que se vuelve loca:
Lo que la chica tenía en su boca
No se parecía en nada a la flauta.