Del recuerdo desvanecido,
Del quebranto y el despojo de una ilusión inútil,
Que se asfixia en su propio nido y lo hace su estante,
Emerge dócil tras cada caída,
La sensación extraña de haber querido,
De haber esperado,
De haber amado el tiempo,
Ese que ya no existe,
Y me traza historias falsas,
Que se visten de hálito en mi mente,
Como cuando se era niño,
Y se jugaba al mundo de invenciones,
Del momento aquel al que hoy me aferro,
Del mundo aquel de donde vengo,
Nace nuevamente el remiendo de la suela malgastada,
Que se hace robusta y levanta lienzos,
De piedra dura de hueso magullado,
Deja arrancar sus lágrimas,
Deja correr la brisa,
Cierra sus ojos y sueña de nuevo…
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