cuando yo estaba en la secundaria
el maestro de matemáticas
era un homosexual pequeño
de bigote negro
bien acicalado
afeminado a morir
era el único capaz de tenernos quietos
era el único capaz de meternos miedo
era severo como un militar
nos metía los números a la fuerza
desde el primer día pintó su raya
loco se quiso hacer el gracioso
y de inmediato lo mandó a tomar el sol
siempre nos pareció que era un maricón hijo de puta
el profesorcito ese
siempre nos burlábamos de él a sus espaldas
solíamos arremedar su modo de llamarnos la atención
con su dedito homosexual
su boquita apretada
y sin perder jamás la compostura
en un tono de voz firme y sostenido
aunque apacible
todo esto del profesor viene a que un día ocurrió algo muy particular entre él y yo
ahora que lo pienso
el maestro era muy astuto
para lograr que nunca nadie le faltara al respeto sin que pagara las consecuencias
era un cabarón muy perspicaz
por eso cuando me llamó ese día aparte
así sin más
y me dijo con su seriedad inmutable:
nunca te olvides de nosotros
yo sólo atiné a contestarle que no lo haría
pero obviamente no sabía a qué iba todo eso
así que regresé al salón
con ese misterio sin resolver
y los días fueron pasando
y a veces me viene ese recuerdo
y creo que ahora lo tengo
ese profesor sabía algo que no sabía ningún otro profesor o profesora que haya tenido
era un verdadero hijo de puta
y al darse cuenta de que yo era especial
de que yo era diferente
de que yo podía tener el genio literario aún oculto
me dijo eso que en ese instante me pareció una gilipollez
el muy puto quería que le dedicara al menos una página de mis libros
y aquí estoy rindiéndole este pequeño homenaje
no me he convertido en el escritor que hubiésemos querido
pero si de algo sirve
aquí dejo esto que tal vez pueda servir de algo
ahora ignoro qué hace ese profesor
para nadie era un misterio su homosexualidad
a todos nos caía mal
porque de alguna forma nos obligó a aprender
cosa que odiábamos
pero sí
no nos hemos olvidado de usted
maestro homosexual hijo de puta