Soñe viviamos en una ciudad...
Sin autos, sin camiones, sin enbotellamientos, sin mentadas, sin estres, todos nos desplazabamos en bicicleta: Al trabajo, a la escuela, a donde sea que fueramos solo bicicletas. De todo tipo, de todos colores.
Algunas entregaban pizzas, otras mas con dos ciclistas en tandem, distribuian el pan de caja y otros productos, las de los refrescos de cola mas grandes y pesadas empleaban tandems dobles como si de carruajes se trataran.
Mujeres, niños, ancianos,todos en su bici a todas partes. En el centro, los estacionamientos cobraban 3 pesos la primera hora y 2 la segunda, por ese precio podias colgarla en un tubo que la colocaba al ras del piso o si deseabas, en el que estaba sobre el, ¡eran de dos pisos! en un piso.
En la hora pico, los cruceros parecian platos de espaguetis de lo enredados de ciclistas, que se entretejian en su afan de cruzar de un lado a otro de las calles.
De repente note algo extraño, alguien grita, -¡bordo, bordo!- a lo que yo volteo imediatamente, pensando que es algun obeso al que hay que sacarle la vuelta o no se, algo asi, pues claramente entendi gordo, pero nada, era solo un grupo de empleados del gobierno que se dirigian a su trabajo usando la tecnica de relevos en linea para administrar su energia y que le avisaban al de atras que se aproximaba un bordo o tope.
Todos eran muy esbeltos, de hecho todos, hacia donde dirigiera mi vista, eran esbeltos.
Vaya, vaya, la utopia continuaba, no existia la obesidad, mis llantitas eran lo mas gordo que podia percibir, ¿no me gritarian a mi? en esas estaba, cuando entonces, por un instante y solo por un instante, crei ver, en ese mar de caucho, metales y cuerpos humanos, la silueta de Fidel que me sonreia. Parpadee incredulo y solo eso fue suficiente. Jamas lo volvi a ver, por mas que intentaba ubicarlo, se habia ido para siempre, jamas lo voveria a ver...
¿O tal vez si?. Y si este, fuera el cielo de los ciclistas, y entonces, ¿que hacia yo aqui? ¿es acaso que ya he muerto? En eso reflexionaba cuando escuche la alarma de un banco cercano y estire la cabeza esperando ver a un grupo de bandoleros en sus bicicletas de carbono con equipamiento de ultima generacion liandose a balazos con los gendarmes mientras intentaban huir... pero no, no habia tal, no habia banco, ni bandoleros, ni gendarmes y la alarma seguia sonando, asi que mejor, abri los ojos y me espabile, ya era hora de levantarse...
Dedicado a todos los ciclistas de toda indole que han perecido en esas calles de dios,especialmente a FIDEL " el sr del pants". |