luego de encontrarme con la vida, me puse a pensar mucho tiempo, años y años quizá... una puesta de sol avisó la llegada de miles de aves que bailaban por mi entorno... las olas de la mar reían sin parar de mi sabia estupidez... y la noche a través de la luna no cesaba de observar mi letanía... de pronto vi que todo cuanto respiraba cobraba vida... cogí un puñado de arena y soplé... vi que cada uno de las arenillas empezaron a crecer hasta volverse seres humanos de carne... les vi pararse frente a mis ojos... quise hablarles, decirles que eran parte de mí, pero no pude... les vi alejarse, totalmente desnudos y llenos de anhelos y miedos por la orilla de la mar... miré el alborear y empecé soplar el viento... las aves empezaron a revolotear sobre mi cabeza... y pude ver la luz de la verdad... se acercaba como una nube del cielo y cuando estuvo frente a mis ojos, la soplé suavemente... ella sonrió y pude ver tanta belleza sobre toda la creación... iba a pararme y vi que la vida se acercaba hacia mí... ven, me dijo... sonreí y me fui con la luz de la verdad hacia valles donde no hay palabras ni sueños que compartir...