Betío era un muchacho que a la sazón tendria unos diez años; estudioso e inteligente era en verdad precoz. El teíia dos hermanos: Chusito de siete años y el más 'chiquito' de cinco, quienes lo llamaban Tío.
Su abuelita se encargaba de que después de la misa de las seis de donde regresaba, prepararles el desayuno para luego mandarlos a misa de ocho en la iglesia del Cerrito del Carmen. Frente a la pequeña iglesia había una hermosa plaza de tierra o empedrada desde el borde amurallado de la cual se miraba la ciudad.
Al llegar a la iglesia, Betiío les decía a sus hermanos “Pérenme aquí, ya regreso” se internaba en el temple y cuando ya se veia el padre salia inmediatramente. Luego con sus dos hermanos hacian tres hoyitos en la tierra y se ponian a jugar 'comis' con cincos (bolitas, chibolas, canicas) Cuando terminaba la misa y la gente salía, regresaban a la casa muy contentos.
-¿Ya vinieron de la iglesia y oyeron misa?-
-Si, abuelita, ya venimos.-contestaba Betío.
-Y de que color era hoy la sotana del padre?-
Betío le respondía presto –Era celeste (o blanca, o verde, o morada o lo que fuera).-
La abuelita quedaba satisfecha.
Un año más tarde, durante la confesión para la primera comunión, el chiquito tuvo que confesar este pecado. Penitencia: Cinco Padres Nuestros antes de acostarse y en la mañana otros cinco antes de ir a comulgar y promesa de no volver a mentir. El “chiquito” cumplió penitencia y promesa.
-Vayan a lavarse los dientes y échenle bicarbonato al cepillo- Les ordenaba su madre después de cada comida.
Un día Betio informó a sus hermanos que no tenían que hacerlo, que simplemente mojaran el cepillo con agua y esperaran un ratito.
-Ven hijito- dijo una mañana la madre llamando al mas chiquito -Enséñame los dientes. Hmmm...no te has lavado verdad?-
-No, mama, Tio dice que no hay que hacerlo que tú solo tocas los cepillos para ver si estan mojados, y eso es todo.-
-¿Eso dijo, no? Ya veo, esperemos a que venga tu papá.
Esa noche el padre de los niños los llamó hablándoles con voz muy seria. -Entonces no se lavan los dientes, solo mojan el cepillo? ¿De quien fue esta gran idea?-
A unísono los menores miraron a su hermano mayor quien abria los ojos muy grandes.
El papá tomó un periódico y lo enrolló- Ordenó que se pusieran de” columbrón” y a Betio le propinó seis periodicazos en las nalgas, a Chusito cuatro y al chiquito dos, mientras estos lloraban asustados.
-No vuelvan a mentirle a su mamá o la proxima sera peor.=
Más tarde el bicarbonato se substituiría con pasta dental “Ipana” o “Kolinos” que hacían la pequeña labor más aceptable.
!Ah si! Pero cuantas veces en la escuela Betío se peleó con niños grandes que molestaban a sus hermanitos.
No era perfecto Betio, pero protejia a sus hermanos. Cuando el mas chiquito entró al primer grado ya sabia leer y escribir (aunque solo con mayúsculas) sus hermanos le habian enseñado.
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