Me rehúso a conmemorar la batalla
Que hoy me entero he ganado
No quisiste bailar conmigo
Cuando todos tenían su pareja en el lento quinceañero
Del cumpleaños donde no fui invitado
Por expresa petición de los padres
Dueños de casa y progenitores
De la amiga que ya no lo es

Me niego a aceptar la sonrisa inocente
Que nunca pude ni quise lucir
Un tesoro de la juventud masacrado
Por las inertes consecuencias del delirio
Que prematuramente rojo me advirtió
De aquella intención inexorable
Por la cual hoy canto en un río de sangre
Acompañado por una canción desfigurada
Que silenció al mínimo atisbo de esperanza
Obstinadamente cierto dentro de su fantasía

Descarto cualquier chance futura
Por mucho que algunos insistan en adjudicarme
Bajo las sombras festivas aguardo
Por una rectificación formal del destino
Que osado sobrevive junto a mi instinto asesino
Transformado hoy por hoy en fábulas jocosas
Silbidos desafiantemente prolijos
Dueños de la travesía divina
Un camino aliado que al fin nutre de vida
A la despavorida ilusión lírica

No acepto en mi lecho eterno
Las dudas mentirosas del quizás
Una ambición fermentando raíces
Rocas especuladoras del celibato simbólico
Sábanas ocupadas por el temporal
Aquel silencio oportuno me busca
Me encuentra sentado frente a las olas
La mirada confundida del atardecer
Se pierde entre la exposición torpe
Del sueño que nunca fue soñado.-