Capítulo 6: Comienzan los descubrimientos.
El descanso le sentó bien a Laura, al abrir su grandes ojos castaños estaba animada como nunca antes, tanto así que se levantó enseguida despertando a Eduardo en el proceso, no podía creer que finalmente se vería cara a cara con la historia de un faraón.
La pareja salió de la tienda totalmente cargada de los materiales de trabajo, alrededor de la fogata estaba Abdul y otro hombre que de seguro era el jefe de excavación egipcio, comían y charlaban como viejos amigos, cuando el doctor advirtió su presencia les hizo un gesto para que se acercaran, los muchachos dejaron las herramientas en el suelo y corrieron a sentarse con Abdul.
Laura sentía curiosidad por el misterioso acompañante del administrador del museo, el egipcio era muy moreno de gestos bruscos, casi grotesco y tenía aspecto de no ser muy amistoso pero había algo en él que le intrigaba a la joven puesto que sus ojos negros como el carbón delataban una profunda tristeza.
Al llegar tomaron asiento junto a Abdul quien se dispuso a presentarlos:
- Muchachos él es Mohamed, el jefe de excavación y mi amigo desde hace mucho – Dijo lleno de dicha.
- Nos da mucha alegría conocerlo, Mohamed soy Laura y él es mi esposo Eduardo – Informó la joven arqueóloga a la vez que le servía a su esposo un poco de la tortilla que estaba en el fogón, no desayunar en aquella oportunidad sería imperdonable, Mohamed dio un respingo y le dirigió una mirada llena de desprecio, la chica quedó desconcertada.
- ¿Qué pasa?- Preguntó incómoda Laura.
- Abdul, no me dijiste que vendría una mujer, sabes bien que ellas no sirven para esto, son débiles, ésta niña con lo delgaducha que está no durará ni cinco minutos en la expedición- Habló tajantemente el egipcio sin siquiera mirar a la joven.
- Mohamed, estamos en el siglo XX, los tiempos han cambiado, ahora las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres – La defendió Abdul quien sentía por la muchacha una viva simpatía.
Laura comenzó a notar como Eduardo formaba un puño con su mano derecha, él no era precisamente un hombre diplomático, iba a golpear al sujeto que osaba ofenderla, pero la joven no precisaba la defensa de nadie, no era frágil todo lo contrario tenía un carácter osado y muy capaz por lo que tomo la mano de su marido impidiendo que actuara por la fuerza bruta, ella misma se iba a defender.
-Gracias Abdul, pero no necesito que me protejas, en cuanto usted ¡¿Qué se ha creído?! , he trabajado muy duro para estar aquí y no dejaré que un machista venga a arruinarme este viaje, puedo soportar cualquier cosa pero nunca que me subestimen sólo por ser mujer ¿comprende? – Dijo Laura serena de sí como una estatua, su tono de voz fue tan calmado que logró exasperar al jefe de la excavación que optó por anunciar que la exploración se iba a poner en marcha al instante.
Tal y como dijo Abdul seguirían los pasos del joven rey, por lo que lo primero en la lista eran las ruinas de Amarna, lugar de su nacimiento, Laura protestó ella quería ver la momia del faraón consideraba innecesario visitar esa región algo alejada de El Cairo pero Eduardo le aclaró que la misión de un arqueólogo era desentrañar el pasado, todos los detalles contaban y el origen era sumamente importante para llegar a un mayor entendimiento, su argumento la logró convencer.
La distancia de El Cairo a Amarna era considerable por lo que el grupo tuvo que cruzar el Nilo en un velero, Laura veía como la majestuosidad del rio eclipsaba el ambiente , casi se sentía invitada a nadar en esas aguas , intentaba guardar en su memoria todo aquello para evocarlo con los ojos de su corazón cuantas veces lo deseara .
Las ruinas de Amarna se reducían a unos patéticos bloques de adobe, la probabilidad de encontrar un hallazgo era tan nula que Mohamed ni siquiera se tomó la molestia de decirles a sus trabajadores que excavaran, ese apático personaje no le agradó Laura en lo más mínimo por lo que estuvo lo más lejos de él como fuese posible . El doctor y Eduardo pronto formaron camarería por lo que trabajaban juntos en un rincón de lo que había sido un magnífico palacio.
Laura comenzó a alejarse, el terreno pese a estar en decadencia era inmenso, una gota de sudor se extendió por su nariz, la temperatura era tal que podría jurar que los rayos de sol estaban perforando la pañoleta roja que estaba sobre su cabeza.
Caminaba sin rumbo fijo , estaba cansada de sólo encontrar trozos pigmentados de barro ,hasta que la luz del sol reflejó un pequeño objeto que para ella había pasado inadvertido hasta entonces, se acercó con la brocha en sus manos tomó lo que parecía ser un collar y con sumo cuidado la desempolvó lo mejor que pudo , lo que obtuvo fue una hermosa cadena de oro, el dije que colgaba de ella era el ojo de Amon Ra , sin duda ese era su primer descubrimiento importante , la medalla le pareció tan bonita que se la dejó para sí , ese sería un secreto que solo sabrían ella y las ruinas , cuando se disponía a regresar con los otros sintió un ligero malestar , específicamente nauseas , Laura aún recordaba el susto que pasó al creer que estaba embarazada se le vino a la mente el recuerdo esporádico del test que se realizó antes de viajar , el resultado fue negativo , seguramente su atraso era producto de la reacción de su organismo con respecto a su recurrente uso de pastillas anticonceptivas , no dudaba que su sistema pronto se volvería a estabilizar además la causa de las náuseas se podrían deber a la tortilla del desayuno que a su juicio estuvo fatal .
- Hola cariño, ¿encontraste algo?- Preguntó dulcemente Eduardo mientras sus rizos eran alborotados por una ráfaga de viento.
- A decir verdad, sí ,encontré varios restos de cerámica – Respondió Laura escondiendo disimuladamente la cadena entre los pliegues de su blusa blanca.
- Eso es fantástico, nosotros también hallamos cosas interesantes que seguramente nos darán pistas de la infancia de Tutankamón, ven conmigo, debemos examinar lo que descubrimos – Expresó el joven tomando de la mano a la chica.
Detrás de una mesita de plástico estaba el doctor y Mohamed éste último al ver llegar a los chicos giró sobre sí yéndose hasta que fuera tiempo de volver a El Cairo.
-Abdul, no creas que soy entrometida pero ¿cuál es el problema de ese tipo?-Preguntó Laura, no cabía en su mente que la causa de repelerla fura puramente el machismo, debía haber algo más.
- No, él no era si antes- Respondió el hombre.
-Verán chicos, Mohamed se casó muy joven, su esposa, Leila era una hermosa muchacha y él la amaba con locura, no podían estar separados, tanto así que yendo contra la costumbre Mohamed la llevó a todos sus viajes, la dicha de su matrimonio fue en aumento cuando Leila quedó esperando un hijo pero en una de las exploraciones le llegó el momento de dar a luz bajo muy malas condiciones , dio su último suspiro y la bebé que yacía en sus brazos también murió una horas después, presa de una terrible fiebre de la zona – Terminó de relatar Abdul.
Laura sintió compasión por el jefe de excavación pero por muy trágica que fuese la historia no le hallaba justificación a su comportamiento.
Eduardo que poseía un corazón más blando que su esposa le tomó fuertemente la mano, pensaba que si llegaba a perderla por cualquier motivo que fuese, su mundo se vendría abajo, moriría de tristeza. Si tan solo el chico hubiese sospechado que la pérdida la iba a sufrir Laura y no él las cosas quizá hubiesen sido diferentes.
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