Ahora, las monjas podrán llamarse Jessy, Moria o como se les ocurra.
—Dios llama ‘churri’ y ‘chochito’ a todas esas santas mujeres que han contraído matrimonio con el Señor; por tanto, qué más da cómo se llamen si luego el Altísimo se refiere a ellas con motes cariñosos”,– ha asegurado el Papa al revocar la antigua normativa del Vaticano que prevenía que las monjas pudieran llamarse “Tania”, “Yoli” o “Piluca”.
Cientos de mujeres con nombres que el Vaticano hasta ahora consideraba “poco piadosos” podrán, al fin, vestir los hábitos e ingresar en conventos de clausura.
Los conservadores ven con preocupación el giro aperturista del Vaticano desde que Bergoglio fuera proclamado Santo Padre.
—“Evidentemente, la Iglesia está preocupada ante el hecho de que, a partir de ahora, los conventos de clausura puedan llenarse de hermanas que se llamen ‘Sor Soraya’, ‘Sor Tania’ o ‘Sor Vaneshhhhuki’, en los casos más extremos”, —lamenta un miembro de la curia Vaticana que prefiere permanecer en el anonimato.
La Madre Superiora Yoli, del convento Karmelitas de María de Toledo, ha celebrado en un comunicado la decisión del Santo Padre y ha admitido que en su convento “hace décadas que decidimos aceptar a monjas con nombres que la Iglesia no consideraba adecuados, ¿k no?”. Ha confirmado también que, en el convento, las hermanas se llaman “xoxo” entre ellas.
Hace dos semanas, el Papa también revocó la ley que impedía a los sacerdotes saludarse saltando en el aire y golpeando las barrigas al grito de “Papado, el que tengo aquí colgado”.
Nota obtenida del diario Today escrito en arameo
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