EL PODER DE LAS HUMANIDADES Y LA DEPENDENCIA PISCOLOGICA
*“Es cierto que la filosofía no da dinero ni poder, pero la cuestión es que ni los mercados ni los ministerios pueden evitar que los seres humanos no estemos hechos exclusivamente para la rentabilidad. Alguien puede tener la ilusión de que, con estos cambios neoliberales en la cultura educativa, nuestra sociedad volverá pronto a la prosperidad... Pero la cuestión es que —como la crisis económica nos ha enseñado—, esa presunta riqueza hoy tan añorada puede ser también una forma de pobreza que, aunque sea menos ostentosa que la de las hambrunas, no es ni menos grave, ni menos injusta ni menos inhumana”
Pero sí que da la filosofía poder como autonomía personal, que me hace autónomo y no dependiente psicológicamente-concupiscente-del sistema socio-cultural en sí; que el verdadero plano o modo para el impulso vital del hombre-que es alguna forma de imposición sobre la realidad circundante-incluso si es ilusorio, me sirve de base a un poder como autonomía muy real; tan real que mi valor como ser humano independiente es algo que llevo conmigo a través de cualquier altibajo socio-económico y por muchos cambios que dé la rueda de la fortuna en forma de penuria económica o como oprobio del medio social hacia mi persona: que-les-fo-llán.
Y mi afán psicológica de poder si que se esta ejerciendo-como bien se capta con el tono y precisión lógica de estas palabras-y no me debo a más autoridad que mi propio discernimiento moral y mi propio criterio intelectual-humano, que lo tengo bien afilado y bien presente en mi visión de la cosas.
Pero lo mismo no se puede decir de las masas-del vulgo-que su único criterio la mas de las veces es su propio bien, ventaja o mejora; que no digo que no sienten ni padezcan respecto a los demás, pero casi pues su pena y la capacidad de empatía de la gente mas pobre intelectualmente respecto al sufrimiento de otros seres humanos solo parece nutrirse del morbo, cotilleo y la alegría no confesa de quedar por encima de la miseria de otros:
¿Pues siendo pobre, qué otro fuente de poder tiene Ud. realmente sobre otros seres humanos que las desgracias que vayan sucediendo a los demás?
Así de patético es la cosa.
¿O es que no ve Ud. la tele?
La pobreza no tiene, muy señores míos, dignidad alguna por mucho dinero que busque o tenga Ud. con el que arropar sus, digamos, inmundicias de cualquier índole.
Que sin la filosofía y la crítica intelectual como discernimiento al final y siempre moral, entra Ud. en la concupiscencia vital y psicológico con el entorno social-antropológico, cualquiera que sea la naturaleza de este;
Y en ese terreno siempre prima sobre todo el cómo te traten a ti que determinará tu trato propio respecto a los demás pues no eres realmente libre para ejercer otra clase de función o autoridad;
Que autoridad propia y personal no tienes ninguna sino solo aquella que extrínsecamente te concede e impone el sistema antropológico humano sobre tus relaciones con los demás.
Y por eso y en el fondo, defeco en ti-precisamente y debido a esto.
Porque no eres autónomo como individuo.
_____________________
*Del texto de Juan Cruz de El País, La filosofía aprende a vivir como 'maría' y la cita en dicho texto a José Luis Pardo. Texto original: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/01/01/actualidad/1388600143_034453.html
|