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Todos estaban pendientes de que faltaran cinco para las doce, a la expectativa de entonar con vigor “faltan cinco pa’ las doce”, canción de Maracaibo 15, valga la redundancia… con firmeza y energía, con la esperanza de comenzar un nuevo año sonaron las guitarras y como un coro juntos canturrearon, no se vieron lágrimas, ni la nostalgia a pesar de la ausencia de seres queridos. Entonces pensé: - seguramente deben estar recordando con amor a mi abuela, porque se notaba en sus rostros cuando en la canción se decía “faltan cinco pa' las 12 el año va a terminar, me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mamá…”, lo noté porque con fuerza cerraban los ojos… tal vez no querían que se les viera llorar, mi mamá, mis tíos, tías, primos y amigos queríamos recibir el año con alegría.

¡Bom! ¡bom! Luces de mil colores rodearon los rostros de aquella familia, el sonido de los juegos pirotécnicos representaba la esperanza de un nuevo año… al estallar, la melodía de las guitarras se apagó y solo se dedicaron a observar, a vislumbrarse, como niños, con la magia de las luces, aplaudieron, gritaron y finalmente abrazos esperanzadores llenos de alegría invadieron el lugar llevando la felicidad de un nuevo comenzar.

-Luego de haber pasado unos cuantos minutos, agarré con fuerza aquellas lentejas que me había dado mi tía Gloria en la mano y un papel que había escrito con mis propósitos, me las dió para que hubiera abundancia en mi vida, pero cuando las recibí representaron para mí la unión fraterna que tenía con todos ellos, a pesar de la distancia emocional, y entre muchas otras cosas, ESPERANZA.

Abundancia en el corazón fué lo que me ofreció , algo invaluable simbolizado en aquellos guisantes, hoy por hoy nunca las comeré, reposan en una caja de chocolates, tratando de preservarlas, y cuando caiga me den la fuerza para levantarme y seguir.

En medio de la algarabía, el desorden y el bullicio se desenvuelve mi familia con el sonido de las guitarras, de los momentos de antaño, del juego, el baile, la unión fraterna y el asado de carnes... Que Dios nos acompañe e ilumine nuestro caminar.

Texto agregado el 01-01-2014, y leído por 202 visitantes. (0 votos)


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