Estoy muy enfermo, de lo indignado que me siento al ver la cantidad de atrocidades que han acompañado al ser humano en la historia que conocemos. Tengo muy claro cómo comienza el crimen de la humanidad (por el embarazo de las mujeres), lo que no tengo claro es cómo va a terminar éste desastre de planeta. Ninguna sociedad ha logrado vivir sin delincuentes, siempre hay uno o dos o más; hoy en día tenemos estadísticas que nos muestran con claridad las diferentes facetas del delito, pero no creamos que la sociedad actual es la ha presenciado la maldad, siempre ha habido maldad, desde que haya más de un ser humano, van a haber actos malvados.

Yo no sé qué es lo que quieren celebrar todos los que hacen comidas, bebidas, postres y utilizan todo tipo de agüeros para profetizar bendiciones sobre el año que empieza. Me cuesta mucho trabajo celebrar, pues he aprendido a ver el sufrimiento de los demás, sólo por el hecho de ser humanos; el año que se acabó dejó innumerables homicidios, entre otras cosas, en mi país Colombia, hubo más de siete mil homicidios, por lo menos un homicidio cada dos horas; y es que a veces los estadistas nos muestran la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes y como que lo asimilamos mejor, pero hay que decir cuántos asesinatos se cometieron, por ejemplo, en promedio cada día. Haciendo éste sencillo cálculo creo que no es pesimismo sino realismo saber que salir a la calle, es como salir a un matadero, en cualquier esquina nos espera alguien para acuchillarnos, dándonos un pase directo al infierno.

El año que se va dejó muchas amarguras en todos nosotros, pero el que viene está cargado de nuevos delitos, los mismos que sucedieron el año anterior. Éste año que viene nuevamente miles y miles morirán asesinados, torturados, en accidentes, producto de espantosas enfermedades etc. La ciencia busca cosas imposibles, por ejemplo, algunos científicos creen que es posible que seamos inmortales, respeto las posturas de los demás, pero mis conocimientos de biología básica me dicen que todo lo que nace muere, así que no creo que eso sea posible. Otro de los deseos de los investigadores es saber si hay vida en otros planetas, como si hubiera orden en el nuestro, ¿para qué queremos saber si hay vida en otros planetas si la vida que hay en el nuestro es un desastre total?

Además de esto la ciencia siempre ha venido acompañada de barbaridades, nos ha traído guerras y enfermedades; pero eso sí, debo reconocer que ha habido evolución, antes nos matábamos con palos y piedras, hoy nos matamos con metralletas y carrotanques. De otro lado, ninguna religión ha podido salvar al hombre, para empezar ¿salvarnos de qué? Yo quisiera que me salvara de la muerte, de la enfermedad, de la vejez y de paso que me quitara éstas humillantes necesidades fisiológicas. Como ninguna lo puede hacer, me parece que todas son despreciables. Algunos creyentes aducen que la maldad es producto de que no nos hemos vuelto a Dios, pero antes de volvernos a Dios, deberíamos por lo menos ponernos de acuerdo en quién es él, ni siquiera en eso nos ponemos de acuerdo. Además nunca nos volveremos a Dios todos, porque somos orgullosos y curiosos, nos gusta el pecado y la maldad, y queremos quitarle el trono a las divinidades.

Luego viene un sector de incrédulos que dicen que quieren disfrutar la vida, yo les digo, adelante, olvídense de los más de ciento seis mil millones de seres humanos muertos y, yo supongo, trillones de animales, muchos de los cuales han sido torturados para ser puestos en nuestra mesa. No puedes amar la vida, sin amar la muerte, son la misma cosa, por eso detesto la vida, porque no la puedo desligar de cosas como la muerte, que me produce horror.

No se sorprendan con las salvajadas que van a suceder éste nuevo año, es la repetición de un ciclo estúpido que inician nuestros padres; cuando decidieron comportarse como bestias, ellos decidieron vivir en un mundo de chiflados, pues están de acuerdo con nuestro desquiciado método de reproducción; el mundo que eligieron nuestros progenitores, es éste, uno en el que tenemos que convivir con todo tipo de padecimientos. A los que dicen que admiran la naturaleza, me cuentan cómo les fue después de morir incinerados en un incendio en sus hogares. El cuerpo que tenemos tiene una horrenda dualidad, podemos sentir felicidad en niveles altísimos, pero al mismo tiempo podemos sentir el sufrimiento en los mismos niveles. Bienvenidos a un año más en el que continúa la gran película de terror creada por Dios o por la naturaleza.