Eran la tres y media de la tarde, las calles estaban repleta de personas muy entusiastas, que lucían banderines, gorras, camisetas y un sin numero de objetos del color del partido de su simpatías, el cual tenia una gran marcha ese día contra el hambre que estaba azotando a todo el país.
Un hombre de edad avanzada caminaba entre la multitud esquivando a todo el que se le atravesaba por su camino a la vez que maldecía entre dientes, siguió avanzando rápidamente hasta que llegó a un grupito de personas que estaban esperando guagua (bus), se incorporo al grupo y también a una conversación que había, la cual criticaban ferozmente al gobierno de turno, él sin pedir permiso, ni hacer una introducción también le entró al gobierno como a la conga, aunque él no sabia tocar el instrumento de cuero pero si sabia tocar el tema de la corrupción gubernamental y con una excelencia impresionante aunque aparentemente no era muy estudiado, el hacia un sin numero de criticas en las cuales la finalizaba cada una de ella con una maldición para el gobierno de turno, pero siempre aclaraba que ningunos servían, que todos los que habían pasado por el poder eran unos corruptos y mafiosos, que en sus sesenta y ocho años él no había visto un solo gobierno que sirviera y que ningunos se habían preocupados por resolver los problemas de la sociedad, aunque aclaraba que como el gobierno que tenían no había paso otro tan malo, tan inconsciente, indolente y cínico, entre muchas maldiciones que nunca se quedaban en sus criticas.
Mientras tanto la gente que esperaban guagua ya estaba muy desesperada porque tenían casi dos horas esperando frente a la terminar de donde iniciaban la ruta y no salía una sola guagua. Aparentemente el señor era el que mas desesperado estaba, porque no encontraba sitio, mientras maldecía el sistema de transporte publico manejado por el gobierno que últimamente no tenia combustible para dar el servicio adecuado a la población, aunque él decía que no entendía eso, porque el transporte no era gratis, ¿qué es lo que hacen el maldito dinero?, se preguntaba, aunque uno de los que estaban en el grupo le dijo: “usted no sabe que por cada guagua que tiene el gobierno hay mas de cincuenta empleado en nomina cobrando sin trabajar por asunto político”, el señor afirmo lo dicho con la cabeza maldiciendo una vez mas al gobierno, que según él lo tenia cansado.
Un joven que estaba también esperando guagua y que estaba escuchando la conversación que tenia el grupo le preguntó al señor: ¿qué usted del presidente de la republica? Y él sin pelo en la lengua respondió de inmediato: “a ese charlatán, lo que hay es que llevarlo para un circo, solo esta bueno que se lo lleve la pelona”, el joven arrugando la cara volvió a preguntarle: ¿la pelona?,
Y el dijo: “si la pelona, la muerte repentina, eso es lo que se merece ese charlatán y sinvergüenza por jugar con los estómagos de la gente.
Otro hombre que estaba en la multitud le pregunto al señor: ¿y de los diputados y senadores, que usted piensa?
Y sin pensar una sola palabra de inmediato respondió: “esos son otros que hay que meterlo a todos en saco y amarrarlo y luego tirarlo al fondo del mar para que se ahoguen todos, esperando que ningún pez lo coma, para que no se envenenen”, de inmediato se escucho la carcajada de la gente que se reía de la realidad de su pueblo.
Aun estando la gente riendo a carcajada llego un hombre muy misterioso vestido de negro con un porta folio en la mano y con una mirada penetrante y atemorizante la cual clavo de inmediato en el señor que aun continuaba criticando al gobierno, el señor al darse cuenta de que el hombre lo observaba cuidadosamente tomo una pausa hasta que por fin salio una guagua que iba para el sector de los alcarrizos y de inmediato se formo tremendo tapón en la puerta de la guagua la cual se lleno de inmediato y la mayoría de la gente quedo de pies, incluyendo al señor que maldecía el horrible desorden del país.
Con la guagua repleta de gente el hombre misterioso que estaba dentro de la guagua de pies perseguía con su mirada penetrante al señor criticón que había empezado nuevamente dentro de la guagua a criticar el maldito gobierno como él le decía, pero al darse cuenta de la mirada del hombre misterioso enmudeció repentinamente y no volvió a decir una sola palabra dentro de la guagua hasta que se quedo en la esquina donde le convenía para irse caminado rumbo al barrio del Abanico de Herrera.
Caminaba muy rápido desde que se desmonto de la guagua como si alguien lo siguiera y evadiendo con asombro todo el que se le atravesaba en el camino, ya que por esos lugares también habían muchas personas en campaña política, con sus banderolas, gorras y camisetas de color funesto el cual representaba su partido, el señor miraba para todos los lados como buscando a alguien, casi corriendo, sumamente apresurado, maldiciendo en su mente y avanzando rápidamente, se mostraba asustado, nervioso y perseguido, pero en si nadie lo perseguía y el continuaba buscando a alguien a quien correrle.
Casi al entrar en el barrio donde se dirigía el señor, miró nuevamente hacia atrás y entonces vio al hombre misterios caminado tras de el muy apresurado como para alcanzarlo aunque a mucha distancia, esto hizo que el señor apresurara sus pasos a tal punto que resbaló violentamente y cayó en el calido pavimento boca abajo como muerto.
Algunos que vieron al señor caer al suelo fueron para ayudarlo, pero estaba muerto, la pelona lo había alcanzado, el rencor, el odio, el mal gobierno lo había acabado y el hombre misterioso había desaparecido como por arte de magia, como si solo había existido en la mente del señor maldiciente que se dejo agobiar del sistema en el cual murió.
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