AUNQUE SEA MEXICO DF Y ESTE YO EN WASHINGTON DC
Y París en la semiología mutua de la pareja Bogart-Bergman de Casabalanca (1943), para todos nostros después, es un territorio mental como horizonte distante en forma de un recuerdo de nostros mismos en otro tiempo, antes de cualquier clase de ocupacion hostil o seria disrupción de una otrora bienestar y calma existencial-vital;
O bien sirve igualemente cualquier clase de meta personal vital futura, objeto de un querer ser ante la cual subordinarse en el presente;
E igualmente son en un sentido funcional las referencias literarias o también semiológicas que nos llevan efectivamente a remotos desplazamientos de la mente hacia puntos que, lejanos o no, no son del presente geografico y espacial nuestro-que nos proyectan hacia una ilusion de distancia y dimensiones repentinamente ampliadas, como agua como respuesta a una sed de alejamiento como relieve, espacio y sensacion de libertad.
O al menos asi funcionan para mí.
Y de importancia (vital) para mí son incluso los tópicos culturales y el saber que allá por Mexico DF hacen esto o lo otro; o que en Mombai le dan más importancia a aquello que en Johanesburgo o Kioto, en oposición a lo que piensan en Addís Abeba o en la mismisma Nueva York;
Y exactamente esto es lo que espero encontrar cada vez que abro el periodico por la mañana-y todas las mañanas lo quiero confirmado de nuevo en esas misma paginas (o paginas web) pues la noticias, aunque relevantes, son al final un simple pretexto, en realidad, para poder acercarme de nuevo a una logica cultural ajena a lo inmediato mio, a aquello que según el parecer de estos otros grupos humanos de lugares remotos (para mí) tenga una importancia de vida o muerte, digamos;
De tal modo que lo inemdiato mío se esfuma monentáneamente; o que, cuando dejo de leer y me vuelvo a incorporar a la realidad circundante mía, todo vuelve a florecer en una fascinación renovada y perpetuamente postergada, una vez más por lo que es simplemente-y también circunstancial y transitorio, afortundamente-lo mío como límites geográficos, espaciales y culturales que solo temporalmente actúan como una especie de cárcel sobre lo que únicamente es mi cuerpo, mi corporiedad.
Porque lo que es el espíritu, psique o alma-eso sí que actostumbra a volar alto y lejos a través de una red invisible de un cielo abierto semiológico de desplazamiento mental y fisiológico como horizonte, a momentos sin límite alguno.
Y es México DF, pongo por caso, donde el chileno R.Bolaño se hizo hombre como artista en sus cuentos y su caza constante de los siempre presentes, siempre insaciables Detectives Salvajes (1998);
Que es el misimo lugar geográfico de donde el Juan José Tablada de Octavio Paz partiera hacia Yokohama y los haikus de Basho, la cultura al final China, además de la japonesa-y al final y en el fondo, al menos espiritualmente, la hindú de la India en origen y el budismo.
Que es el México DF de Buñuel (amigo de John Houston) y del Cantinflas del Señor Doctor (1965) y la tensión perenne de una injusticia social de gránito, patente e imposible de sobrellevar-la misma que hay en Man on Fire (2004) de Tony Scott, hermano de Ridley con Denzel Washington de protagonista;
La misma que hay-siempre está-en la obra plástica de Diego Rivera (y también en la de su mujer).
Y México DF es la capital de donde partiera Maribel Verdú, con García Bernal y Luna, hacia la costa del Pacífico-creo-en Tu mamá, también (2001), y a una destrucción certera aunque prendida de significado y amor-y de valor, por ende.
Y es el lugar de nacimiento, por el último, de Jaquelín (Jaque, para los amigos) profesora de español y compañera profesional mía en otros tiempos, cuyo novio-o esposo, quien sabe-fuera objeto de deseo mío, cuando por las mañanas la dejaba, después de un beso, en la acerca delante de un colegio al que faltaba siempre una media hora antes de que acudieran los niños;
Y era en México DF lo que pensaba-también-al oir en mi mente, pronto en aquellos amaneceres, la frase bastante infalible y predicible, ojalá fuera yo ese hombre, además de otras tonterías que non digo.
Porque si no, ¿cómo se supone que vaya a entrar al trabajo con verdaderas ganas y enjundia vital, hombre?
Y así, supongo, se repite millones de veces sucesivamente y bajo un millón de formas distintas, todos los días y por toda el planeta, desde que el hombre es hombre.
Digo yo.
BEGIN NOW
|