En la brevedad de esta vida el esfuerzo es constante como si la felicidad se escapara de la manos y cada empeño terminara siempre en derrota. Paso tras paso sigue el caminante no existe el detente esquivamos cada flecha impetuosa del destino obligados a seguir adelante. Pero el corazón humano no es cobarde pese a lo imposible insiste aunque en su camino deje los ojos, la piel y sus manos.
Texto agregado el 28-12-2013, y leído por 160 visitantes. (5 votos)