“Entrañas”

 Guarda silencio
 Pero quiero salir, mi mamá me está esperando.
 Olvídalo cuando has llegado aquí solo te queda aguardar el momento para entrar en la obscuridad perpetua.
Estas fueron las palabras que salieron de los labios de Anne, la cual desde hace mucho tiempo había visto como en esta gran casona del centro de la ciudad entraban y salían miles de mujeres de diferentes edades, razas, etnias, tallas y demás. De tal suerte que en algún momento de la momentánea estancia de alguna de aquellas chicas ella se había convertido en su única ventana a lo que el mundo aun podía entregarles, ya que cuando se cae en el infierno no existe forma de escapar a menos que un ángel se acerque y te arranque de las mismísimas garras del demonio. Como todos sabemos, hasta el momento nadie ha regresado del infierno pero esto no significa que no se pueda lograr, pero para que esto suceda se necesita mucho coraje y sobretodo como ya se mencionó el favor de alguna deidad. Anne siempre lo había sabido y muchas veces había intentado liberar a alguna presa pero nunca había sido suficiente, al contrario cuando intento esta arriesgada empresa siempre termino por hacer que la chica a la cual quería ayudar terminara directamente en las garras de Asmodeo, y si entrar en el infierno es una pesadilla caer en las garras de un príncipe demoniaco equivale a sufrir de forma sin precedentes e indescriptibles.
Tal vez muchos no lo sepan, por lo tanto hare y contestare la siguiente pregunta: ¿Quién es Asmodeo? Asmodeo es el demonio de los pecados carnales, el ser que se encarga de llevar a los hombres a las turbias aguas de la lascivia.
Obviamente el señor de esta casa no es precisamente este distinguido personaje pero en base a sus hechos se ha ganado este apodo a lo largo de muchos años y es tal el misterio que encierra que muy pocos recuerdan o saben de su verdadero nombre, inclusive muchos ni siquiera conocen su figura lo que les hace dudar sobre si es realmente humano, yo puedo asegurarles que se trata de un hombre de carne y hueso el que controla este vasto imperio en el cual nunca se asoma la luz del día y mucho menos la luz de la esperanza.