Inicio / Cuenteros Locales / sorti / La luz de una vela
La noche llegó y todo fue cubierto por las sombras frías y húmedas, lo que había sido hermoso y colorido comenzó a desdibujarse lentamente hasta quedar solo penumbras.
Encendí un fósforo y lo arrimé al pabilo virgen aun de fuegos y luces, y entonces la humilde vela iluminó débilmente la estancia, dejando ver medio borroso primero para aclararse luego todo lo allí ubicado.
Y vi tu cara con sombras fantasmagóricas que sin embargo aumentaban tu hermosura, sentí deseos de abrazarte y de amarte y recibí el regalo de tu amor, en esa pieza pequeña tan solo iluminada por la luz de la vela y tan llena de pasión. |
Texto agregado el 20-12-2013, y leído por 391
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