Recuerdo cuando niño jugaba formando palabras en la mesa con esos fideos de letras y mi mamá me regañaba, no pongas la comida en la mesa me decía, entonces empecé a formar palabras dentro del plato, total en la mesa no se podía, pero sobre el plato no dijo nada, así que allí jugaba hacia cerritos con el arroz y paraba unas ricas coliflores como si fueran árboles o formaba caritas con las papas fritas y así iba haciendo cosas, no sé si, mi mamá pensaba o este es un genio o un tarado, no mamita nada de eso, si fuera un genio, sería el genio más tonto del mundo y si fuera un tarado, sería el tarado más inteligente del mundo, simplemente soy yo, tu hijo, solía contestarle sin hablarle tan solo mirándola, ella me comprendía, habíamos aprendido a comunicarnos con las miradas desde que la vi por primera vez, te extraño mucho, siempre estoy recordándote y me hago el fuerte pero tú sabes que pensando en ti me convierto en aquel niño necesitado de tu compañía, te acuerdas aquel juguete que me malograste por jugar conmigo, me dijiste que lo arreglarías, crecí y el juguete desapareció al igual que tú.
No juegues con la comida niño, si supieras que aún lo hago, bueno sé que lo sabes, entonces no reniegues, quizás ahora si puedas pensar que soy un tonto, a mi edad y haciendo eso, bueno te confieso que soy un tonto, pero un tonto que te ama mucho, Feliz Navidad Mamá. |