A veces recuerdo que estás en mi corazón
aunque sé que por ninguna razón
saldrías tú de él, miedo me da pensar:
tal vez escribir estas letras es en vano
porque sabemos que no las puede leer
tus lentes están rotos y se han guardado
para jamás volverlos a ver.
El tiempo pasa y la costumbre me abraza.
Aprendo a vivir aunque ya no estás cerca de mí,
Tengo que seguir aunque ya no estás aquí.
Cuántos recuerdos vienen a tu memoria en el lapso que cae una lágrima al suelo?
Cuántas lágrimas tiene un llanto?
Por eso visito a mi abuelo.
Porque su presencia me brinda consuelo.
Hago garras mi mente, con la idea de cuando ella se haga presente.
A nadie le gusta el cambio estático de su gente y mucho menos si la compañía es excelente.