Deleitando con su gracia al compás de un violín
Meciéndose de un lado a otro apoyada en un tacón
Bajo la luna sumisa que la veía con encanto
Sacudía su vestido con majestuosidad y desenfreno
Su mirada infinita como el universo
Sus manos meciendo y sacudiendo el viento
Sus piernas estremeciendo la tierra
Regalando un momento eterno y libidinoso
Su cabello cortando el aire que tocaba
Y su pecho altivo como su frente
Lucía una sonrisa que aniquilaba la razón
Lucía un aire que envenenaba al corazón
Derroche de magia sensualidad y pasión
Desbordando amor por los requisitos de su ser
Acomodándose en mis recuerdos vacíos y atrincherados
El momento era suyo y así el tiempo murió en sus piernas
El ayer no existía más bien solo su hoy
Me miraba como se mira a los sultanes
Me miraba como se mira a los atardeceres de lluvia
Me miraba como si escapase de sus pupilas
Me sonreía con su magia
Me besaba con lujuria y con su amor me extasiaba
Recorría mi cuerpo convertida en mi sangre
Era mis latidos suyo era mi corazón
Mezclada con mi piel era tan mía como mi vida misma
Y se marchó con un nuevo sol
No me dejó más que su sabor, su olor y su amor
Se marchó sin decir adiós
Quizá un día decida volver
Quizá un día decida darme su verdadero amor
Y no los despojos que arrojo su corazón
Y no las sobras de aquel que fue su primer amor
Sensualidad era ella, suya era mi vida
Y suyo aún sigue siendo mi amor.
María Selene Y.
Texto agregado el 11-12-2013, y leído por 119
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
12-12-2013
Perfecta descripción.¿ Cuándo me la presentas ?.UN ABRAZO. GAFER
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