La Matemática del Camino
El moderno vehículo navega sobre la ruta suavemente, su comandante con la vista en el horizonte cumple la tarea atentamente, la radio sin imponerse transmite las preliminares del partido, está anunciado para las 15,00 hs.
En su interior un grupo de adolescentes exaltados hablan de la reciente experiencia planifican futuros viajes. Ya pasaron 6 horas desde que partieran de regreso
Mundos distintos cruzados en un momento de sus vidas, común denominador de algo irrepetible.
El proyecto trabajado por más de seis meses, contó con la guía de profesores y padres, Escuela del primer mundo se acerca a Escuela rural donde se educan y contienen a una veintena de chicos wichis y tobas.
En un rápido e innecesario inventario pueden compararse ambas realidades, limitaciones, ausencias, fortalezas y necesidades una suma y resta sin continuidad.
Sin permiso el destino teje sus redes.
Cacho y Riki consiguieron una buena mesa frente a la tele, aun les pesa los ravioles del mediodía que se cargaron en el quincho rutero.
El día esta espléndido, un sol suave acompaña la tarde que está comenzando, los Km. pasan monótonamente
La cerveza fría corre sin prisa, no se calienta en los vasos, el partido empieza.
Los jugadores corren por la cancha, transmiten emoción a sus seguidores promete puja, alrededor de la mesa, se juntan mas hinchas, el ambiente se caldea.
Un relator remoto muy lejos transmite aportando más adrenalina al evento, cuando empieza a jugarse el segundo tiempo, la sed deja pasar al hábito.
Carlos, Juan, Esteban continúan su charla, más atrás Verónica y Alejandro se miran en promesas, el ambiente dentro de esa capsula atemporal es placido.
Los choferes toman mate distendidamente, comentan el partido y otras vaguedades,
El muchacho saca cuatro cadáveres más de la mesa y repone dos tubos más, bien frescas
La tele a todo volumen preside el lugar, todos miran a la caja boba sin desviar un instante la mirada, sus cuellos como doblados por un mismo artesano parecen réplicas de sí mismos, da dolor verlos tan parejos, mientras la cerveza no se estaciona en las grasientas copas.
Ya terminaba el encuentro, otra mas vendría bien, -Negrito alcánzame otra birrita, grito el Cacho, con tono más bien pastoso.
La camioneta asomo a la ruta despacio, con cuidado mirando hacia ambos lados Rodolfo `puso primera y subió. En la radio se escuchaban los comentarios del partido, opinaban todos generando bullicio dentro de la cabina de transmisión, el conducía atento sin perderse detalles de las discusiones, ni del camino.
En la poderosa nave la radio cambio y comenzó a pasar música bailanta, los chicos no decían nada seguían con sus charlas y miradas, otros dormían profundamente, un par de horas de luz los acompañarían todavía.
Riki se paró y en un gesto típico enfilo hacia al baño, debía descargar parte de su ingesta, mientras más despreocupado, el Cacho se acomodo detrás del camión y evacuo ahí mismo, mucha gente salía con las mismas urgencias, miraban, rieron cómplices, nadie dijo nada.
Más allá el muchacho recogía botellas y algunas monedas, llenaba y apilaba cajones con envases vacíos.
En el playón los camiones se ponían en marcha lentamente
Cacho se sacudió y enfilo hacia la cabina, cuando intento subir Riki debió ayudarlo, casi se caen los dos, nadie los vio.
Tosiendo y en forma lenta el viejo trasto se encamino para la ruta, la pesada carga de cueros se sentía, la pesadez en los brazos de Cacho, agregaba esfuerzo a la maniobra.
El camino se hacía angosto, Riki saco el celular para llamar a su hermana, hablaban del partido y de los ravioles, la saludo con vos arrastrada y pegajosa, luego corto diciéndole que todo estaba bien.
Un rápido y seguro volantazo impidió el choque, Rodolfo no entendía como se le había venido encima el camión, la ruta estaba despejada y la visibilidad optima, algo les pasa pensó.
El ómnibus avanzaba centrado en su mano a escasos 90 km. por hora, el conductor lo vio venir y quiso evitarlo, se cruzo de mano pero no pudo desviarlo del zigzag en que se acercaba el viejo Fiat. , volanteo nuevamente en un desesperado intento de retomar su mano y fue cuando la mole hedionda y resoplaste se le vino encima arrancándole parte del frente y el lateral izquierdo.
Y todo fueron gritos, una creciente confusión, el llanto y dolor, la cerveza, alta inconciencia, la casualidad junta a la causalidad, oportunidad, la cerveza, la vida, cientos de sueños y promesas, mucha, mucha negligencia, ceguera, vidas.
Rodolfo en rápida maniobra retomo la ruta y corrió hasta el puesto policial, dio aviso “Conductor borracho en Fiat Iveco con carga, dirección sur norte hacia Vera”
Cuando Rodolfo retomo el camino, ya era tarde, en alocado ajedrez el cruce de destinos ya se había producido cobrándose el diezmó, solo a seis km. más adelante.
Ruloso de Monserrat
En recuerdo de la tragedia de los chicos de Ecos año 2006
4 12 2013
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