Trato
El desayuno del día siguiente estaba más delicioso de lo acostumbrado
-Este día estas muy animada- se dirigió mi mama hacia mí
-¡Uhu!- conteste
-No hables con la boca llena- me regaño papá
Pero que podía hacer, esta mañana desperté tan contenta que hasta un simple plato de avena y un par de huevos fritos me parecieron lo más delicioso del mundo.
-Hubo mucho ruido anoche ¿Quiénes eran todos esos chicos? – papá menciono el tema de ayer
-Eran compañeros de Karen- respondió mamá
-Eso ya lo sé, solo no quiero que Karen empiece hacer de la suyas aquí también-
-Dale una oportunidad, después de todo así ya no estará molesta por la mudanza-
-Solo no quiero tener problemas- replico papá
- La solución a eso era dejarla en la ciudad- dije murmurando
-Que te he dicho sobre murmurar, si tienes algo que decir, dilo en voz alta – me dijo papá con un tomo serio
-No dije nada, solo que ya termine de desayunar- Salí casi corriendo a mi cuarto a recoger mis cosas. Al bajar las escaleras mamá me hizo una seña de que papa ya estaba esperándome en el auto.
Había paso solo tres días desde que nos mudamos y ya había experimentado lo que es ser acosada, me habían intentado asesinar, y había conocido con quien me casaría (aunque él no conociera ni mi nombre)
Ya en la escuela y después de recibir el sermón mañanero de papá salí del auto con un poco de preocupación de toparme con Aly. Sin darme cuenta me pare en la entrada del callejón que daba al área donde hace apenas ayer había tenido ese encuentro desagradable.
-Que tonta- me dije –ella es de secundaria –
Después de dar un respiro de alivio un sentí un cosquilleo por mi espalda que casi me hace gritar muy fuerte.
-¡Ah! yo te quería oír gritar con tu dulce vocecita-
Al darme la vuelta vi la cara de Lu con una sonrisa y su dedo indicando que eso era el causante de que casi quede en ridículo otra vez
-Me extrañaste corazoncito, porque yo si-
-No empieces con eso-
Nos dirigimos al salón donde nuestra llegada fue recibida con esa mirada a la que ya me estaba acostumbrando (aguantarla por más de veinticuatro horas, es algo de lo que me siento orgullosa).
Matemáticas, español, y ciencias, pasaron hacer las tres horas más tranquilas que tuve hasta el momento, desde mi llegada a la escuela y las más divertidas, pues cuando ocasionalmente veía al lado de Lu, esta hacia un gesto gracioso con su cara, que era imposible no reírse.
En la hora del receso me dispuse a salir, pero cuando estaba en la puerta recordé que había dejado una de las libretas donde garabatee el nombre de quien me había robado el corazón.
-¡Lo bueno que me acorde si no…!- no pude terminar la frase pues al dar un vistazo en donde los había hecho, no estaban. Inmediatamente pensé en que papá los había encontrado y arrancado y que en casa una vara estaba ya destinada a ser rota con mi trasero. La sola imagen de mamá o papá sosteniéndola ya era algo aterradora, sin mencionar lo que Karen me haría si también se enteraba.
-Buscas esto cariñito-dijo Lu con el papel de la mano
-¡Oye porque lo arrancaste!-
-Todavía me reclamas, que cruel eres, apenas llevamos un día de novios y ya me cambiaste por ese, ese como se llama –
-Este Lu podri…-
-Así ese tal Mario, dime el menos en que falle, besa mejor que yo, es eso verdad besa mejor que yo-
-Besar pero si ni siquiera nos hemos besado-
-¡Ah! es verdad, bueno eso lo podemos arreglar horita-
Lu me tomo de la cintura, y puso sus labios en una posición muy comprometedora y cerca de los míos, al instante de su intenciones intente zafarme pero a pesar de ser de menor tamaño que yo, no logre que aflojara el fuerte abrazo con el que me contenía; por más que me movía no lograba que cediera aunque sea un poco, sin dar me cuenta habíamos caminado en el forcejeo hasta la pared del salón y justo cuando pensé que no tenia salvación, por suerte Lu se tropezó, haciendo que ambas cayéramos. Llevándonos con nosotras los mapas colgados en la pared. En ese instante entro una de las maestras. Lo bueno es que los profesores de mi escuela solo se fijan en el desorden que dejan los alumnos que en las posiciones un poco comprometedoras como en la que estábamos.
-¡Niñas los mapas no son para que los usen como sus juguetes! – dijo la maestra enojada
Lu y yo solo nos quedamos viendo por un momento y comenzamos a reír
-Demonios de que se están riendo, rápido recojan este tiradero, caramba que les pasa por la cabeza a los niños de estos días-
Rápidamente colocamos todo en su sitio y salimos
-Y den gracias que no reporte esto- fue lo último que escuchamos decir a la maestra
Ya en el patio nos dirigimos a la cafetería de la escuela y después de comer nos sentamos un rato en la banca donde hablamos por primera vez
-Lu debes dejar de hacerme ese tipo de bromas sino algo malo van a pensar los profesores de nosotras-
-Bromas pero si es en serio, a demás estos profesores no dicen nada, con tal de que la escuela no pierda su prestigio son capaces de llevarse a la tumba muchos secretos de lo que pasa aquí-
-Eso no es nada bueno-
-En fin de cuentas tú tienes la culpa de que haga eso si fueras más fiel-
- Y dale con eso-
Básicamente esta era mi primer amiga, toda una loquita, quizá por lo que simpatizamos fue porque yo era casi igual aunque no con esos principios de acosadora, aunque en este poco tiempo me había hecho sonrojar no sé cuantas veces, no podía enojarme con ella y la razón a un la sigo buscando, pero creo que la respuesta era muy obvia. La paz que sentía cada vez que estaba a mi lado, había hecho que no percibiera esa soledad a la que estaba acostumbrada, era como si amablemente me hubiera abierto la puerta de la jaula en la que estaba y amablemente me hubiera dado la mano para mostrarme un mudo desconocido para mí.
-Lu-
-Si-
Justo estaba por decirlo lo feliz que era de que fuera mi amiga cuando sonó la campana y rompió el en canto de esta escena.
Volvimos al salón y esta vez me tomo de la mano, al raro de nuevo para mí ya que las únicas personas que lo hacían eran mis padres y eso creo que la última vez fue cuando cumplí los cinco años. El resto de las clases la pase soportando los besos que Lu me envía cada vez que por accidente veía a su lugar (bueno para ser sincera creo que unas cuantas veces si mire a propósito, que te alaben con besos ya era mucho pedir en mi vida).
Cuando la última campanasonó Lu me acompaño hasta la puerta la reja de entrada, y tan distraída como en la mañana se me olvido un libro que necesitaría para la tarea le pedí a Lu que se adelantara, lo cual accedió de forma rápida y sin dar queja alguna. La sorpresa a mi regreso fue que papá se encontraba en la entrada.
-Toma - dijo tan pronto me acerque lo que sostenía en la mano era uno de cien, iba a expresar un ¡auh!, pero su cara seria siempre es una advertencia de que todo lo que diga será usado en mi contra
-Procura no llegar tarde, le diré a tu mamá que te aparte tu comida para la cena-
No tenía ni idea de lo que estaba pasando pero al ver la alegre sonrisa dibujada en el rostro de Lu, que estaba a escasos metros atrás de mi papá, respondió algo de la duda que tenia sobre la situación.
-Bien voy por tu hermana-
-Si está bien-
-Hasta luego- menciono dirigiéndose a Lu
-Si hasta pronto señor- contesto Lu con un tono tan formal que alguien que no la conoce tan bien diría que era una niña bastante educada y bien portada. Enserio empezaba a darme miedo su tan cambiante carácter conmigo.
-Que le dijiste y porque me dio dinero-
-Secreto-
-¿Podrías dejarte de misterios?-
-Solo digamos que se manejar a personas con el carácter de tu papá-
-De que hablas-
-Nada en particular, por cierto mi futuro suegro si es muy serio, bien vámonos-
-¿A dónde me llevas?-
-Esta mañana me gane dos boletos para el cine y pensé que quizá nuestra primera cita debería ser ahí-
- Y en donde está el cine, es cerca de aquí-
-En el siguiente pueblo-
-Quiere decir que convenciste al gruñón de mi papá para que fuéramos solas hasta el próximo pueblo a ver una película-
-Por supuesto que no, le dije que teníamos una tarea en equipo y que vendrías a mi casa a realizarla y que te buscara ahí como a las ocho-
- Y eso fue todo-
-Sí, bueno vámonos o no llegaremos a tiempo a la película-
El trayecto hacia el pueblo vecino duro como treinta minutos y de cierta forma era un poco más grande que donde vivíamos.
El estar lejos de casa y mentirle a papá hizo que tuviera un nudo en la garganta y en el estomago y al menor ruido de un auto volteaba a ver si no era mi padre que nos había descubierto y venia recogernos con una sentencia casi de muerte para mi
Ya en el cine Lu fue a la taquilla mientras la esperaba a un lado de una tienda de juguetes, después de un minuto me hizo una seña para que me acercara.
-Y bien de qué película se trata- pregunte
Lo que recibí de respuesta fue su dedo señalándome el cartel con el nombre de la película
-Asesino serial 4, una de terror-
- Así es-
-No habrás hecho el truco de ver una película de terror para que cuando hubiera una escena fea me abrace a ti-
-Correcto-
- Y tan descaradamente me lo dices-
-Vamos que todavía quiero comprar palomitas-
Sin decir más la seguí. La película no fue tan mala. Excepto por algunos sobresaltos y lo que pasó a media función.
Lu salió por un momento al baño y por un momento tuve un pequeño respiro
-¡Qué bien un pequeño descanso!-
-Si verdad-dijo una voz muy suave atrás de mi
El tono desconocido, la forma de hablar y el momento en que se presento me dio los indicios de que persona se podría tratar así que un sobresalto por esta situación estuvo completamente ausente. Después de todo la advertencia de hace poco la tenía muy presente.
-Bien y cuál es el asunto esporo no te demores mucho ya que mi amiga estará pronto a regresar y no me gusta eso de que detengan el tiempo- dije un poco molesta
-Bien parece que ya te informaron algo, eso me pone las cosas un poco fácil, entonces aceptas-
-No me interesa eso de tener cosas caras o idioteces de ese tipo y más sí pongo algo tan valioso como mis recuerdos en juego (bueno si es que valían algo)-
- ¡Oh señorita! yo hablo sobre esas cosas materiales, yo hablo de Mario-
La conversación termino con esa frase ya que Lu regreso y cuando di un vistazo atrás ya no había nadie.
El resto de la película me quede muy callada. A pesar de que no me sorprendía el que ese sujeto conociera lo que deseaba, el hecho de ofrecerme eso me hizo imaginar cosas que no debería.
Mario apenas lo conocía de vista, no le hablaba y para el quizá solo era la pequeña hermana de la chica nueva de su escuela, que vio ocasionalmente.
Bajando del camión de regreso solo recuerdo que le dije a Lu que quería irme ya a casa, ella solo recuerdo que dijo algo y medio un beso en la mejilla y salió corriendo. Entonces comencé a caminar, y una y otra vez pasaba por mi cabeza la posibilidad de quitarle algo a Karen, era cierto que no nos llevábamos bien, que nuestros padres en momentos hacían comparaciones injustas y que a veces me sentía opacada, pero ponerme en riesgo solo para darle un golpe bajo a mi hermana era muy tentador, aterrador porque de momento sentía como se había forjado un odio hacia ella.
Al pasar por el parque vi a lo lejos una cosa muy peculiar una pareja de novios sentados en una banca. La silueta de la pareja conforme iba avanzando tomaba más claridad; a escasos metros reconocí a los chicos que se estaban besando.
Eran Karen y Mario. Me quede quieta por un momento observando la escena, justo cuando los labios de ambos se separaron reaccione y salí corriendo en dirección opuesta.
Llegue a casa y no sé qué pretexto le invente a papá, ya que no me regaño por llegar sola, me encerré en mi cuarto y me quede viendo el techo hasta que no sentí cuando me dio sueño.
A la mañana siguiente un poco atarantada por lo que sucedió el día anterior, tuve la fortuna de ir sola al colegio ya que papá salió muy temprano y no volvería hasta el anochecer y mamá se encontraba muy ocupada con los quehaceres.
Justo cuando pase por la banca donde ellos se besaron suspire y sin tener vergüenza de que alguien me viera o me escuchara comencé a gritar.
-¡ACEPTO! ¡ACEPTO!-
-¡Sabia decisión, entonces ..!
-¡No te acerques!, o cambiare de parecer-dije molesta
-Está bien, como tú quieras, volveré cuando estés más tranquila- dijo la voz que hasta entonces no tenia rostro pues siempre sonó de tras de mí.
Estaba a punto de partir cuando lo detuve.
-Solo una cosa más-
-Sí, escucho-
-No sé como son capaces de hacer algo así, pero si querías engañarme deberías investigar un poco más-
-¡Eh!-
-Aunque no lo parezca, la conozco muy bien, y sé que la perra de mi hermana no besa a alguien antes de la tercera cita-
Quien quiera que estuviera detrás de mi comenzó a reírse
-Está bien trato hecho-
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