Un día cualquiera
Ese día comenzó como otro cualquiera, casi me caigo al suelo después de mi dosis de nicotina en ayunas, me tomé mi pastillita, un par de cafés y salí de casa en dirección a la cafetería.
Amparo ya estaba preparándome el zumo de todos los días, una mezcla de piña con melón y papaya; me preguntó si quería muesli, ella siempre lo tomaba así, comentó, y que le daba mucha energía.
Accedí y para decir la verdad estaba muy sabroso.
Al salir de la cafetería comencé a sentirme muy bien, tenía ganas hasta de ir a mi agencia bancaria para poner al día mi cuenta; esto me pareció extrañísimo, no me gustaba ir al banco ni a cobrar la nómina.
Comencé a buscar entre mis principios supersticiosos por si hoy había hecho algo diferente, si había saltado de la cama con el pie izquierdo, llevaba puesto algo azul o si mi horóscopo decía algo interesante y no las tonterías habituales.
Enfrascado en erráticos pensamientos volví al banco; estaba agradable, si algo bueno tienen esos locales es el aire acondicionado y la mirada del “segurata” intentando meter miedo; entre una cosa y otra empezaron a darme unas ganas enormes de reírme; no podía evitarlo, después de ver mi saldo en el ticket del cajero, rompí a reír escandalosamente; el hombre de la pistola al cinto me miró con una cara medio de extrañeza, medio amenazadora; eso fue demasiado, ya estaba llorando y tenía dificultades para controlar mis carcajadas.
El segurata no aguanto más, me cogió por el brazo y me indicó donde estaba la salida, mirando de reojo a la bella cajera, para saber si la estaba impresionando.
Ya en la calle, riéndome de la situación y un poco avergonzado, observé que estabá frente al mercado; algo comenzó a dar vueltas en mi cabeza hasta que recordé lo que había ido a hacer allí; pensé en comprar un paquete de muesli para hacerme el zumo en casa; en el café no era nada barato.
En el mercado escogiendo entre las diferentes variedades de muesli (opte por la de cereales y fruta) caí en la cuenta, eso fue lo que había hecho diferente hoy, nunca tomaba muesli; debe tener unas propiedades euforizantes que yo no conocía.
La verdad es que no se, ni sabré nunca, que fue lo que hizo que mi día comenzara de esa forma óptima, pero el muesli estará en mi dieta todas las mañanas, eso si después del café y el Winston.
©Aguilagris
P.D.: Alimenta tus placebos, es gratis |