Es de tarde. El día es limpio.
Llueve.
Las gotas de agua excitan.
Es preciso hacer el amor.
Los cuerpos estallan en fragmentos.
Me inclino.
Toco tú cuerpo.
Magnetizado por tus ojos garzos,
muerdo tus labios púdicos.
-¡Desnúdate!
Muéstrame tú redonda
cadera blanca palpitante.
-Descúbrete tus senos.
Hierve mi sangre.
Se detiene mi aliento.
-Vuelcas tú ímpetu juvenil de
muchacha en flor.
Tú voz acaba donde comienza el amor.
-Permíteme violar tú cuerpo bañado
en lluvia.
Conocer la dimensión de tú grito
de éxtasis.
El amor comienza donde acaba tú voz.
-Déjame desatar tú tanga.
El dolor no existe.
La muerte es un mito.
JOSE NICANOR DE LA ROSA.
Texto agregado el 05-12-2013, y leído por 447
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