Mundo
Era la hora de salida cuando Lu sorpresivamente me dio un beso en la mejilla
-Nos vemos cariñito, hoy no tendrás el honor de acompañarme a mi casa- dicho esto salió corriendo sin que yo pudiera decir algo y a mi alrededor solo quedo el ruido de los murmullos de mis compañeros, que presenciaron el comportamiento tan abierto de Lu hacia una completa desconocida. Los comentarios que realizaron empezaron a incomodarme por lo que tome rápido mis cosas y salí corriendo. Iba tan ruborizada y molesta con Lu por hacerme pasar una situación así (pero debo confesar que en cierto sentido estaba un poco feliz, aunque analizándolo bien yo creo que muy muy feliz); que no me di cuenta cuando llegue al patio.
Comencé a caminar intentando olvidar lo que paso, cuando una sensación extraña comenzó a invadir mi cuerpo, una ráfaga de viento soplo muy fuerte cerca de mí que casi levanta mi falda, después de que paso mire a la dirección a donde corría el viento, y note algo que no había visto en la mañana, el edificio que se encontraba a mi izquierda eran en realidad dos y estaban separados por un pequeño callejón donde apenas y cabía una persona; no sé si fue por curiosidad, que sin hacer caso a mi reloj que indicaba que mi papá ya debía estar en la puerta de entrada, me dirigí hacia él. A pesar de ser un tramo pequeño daba un poco de miedo cruzarlo; sin embargo al salir me encontré con una pequeña área de pasto rodeada de la zona boscosa del lugar. La parte trasera de los edificios que daban a esta parte tenían escasas ventanas que pertenecían a cuartos que se utilizaban como bodegas; o eso fue lo que me dijo Lu.
Al no haber nada interesante decidí volver, pero en el acto mi brazo fue tomado con fuerza y bruscamente fui puesta contra la pared.
-¡Al fin doy contigo estúpida!-
-¿Quién diablos eres?- logre decir pues el dolor en mi brazo y mis labios pegados al concreto apenas me dejaron hablar.
-Tan rápido te olvidaste de mí- dijo la persona atrás de mí, soltando mí brazo. Ya libre note que mi agresora era esa chica de secundaria, en un principio no me interesaba que hacia aquí, solo esperaba que el haberla espiado no fuera el motivo por el que quisiera darme una paliza. Sin embargo viéndola de cerca comencé a recordar en donde la había visto, sobre todo por el tono de su voz y por el nerviosismo dije algo tartamudeando que me daría una nueva dosis de dolor.
-A Alyy tu e…-antes de poder acabar la frase, el pie de la chica en un rápido movimiento presiono mi cuello volviéndome contra la pared, solo que esta vez en lugar de ver el color de la pared, tenía una gran vista paronímica de su ropa interior.
-Puedo verte todo-
-¡Huh!; aun en esta situación tienen agallas para sacar tus frasecitas sarcásticas-
-Que vienes a matarme, como a esa otra loca-
-Vaya, ya me estabas preocupando de que fueras tontita-
-Como iba a reconocer a una psicópata, si está bien vestida-
-Cierra el pico maldita- empezó a presionar más fuerte mi cuello
-¡Está bien! ¡Está bien! Ya basta, que es lo que quieres- replique
-Información-
-¡Eh!-
-¿Quién demonios eres y que hacías ahí esa noche?-
-Eso debería decir yo, además de tener que disfrazarse de esa forma y teñir tu cabello, de donde carajo sacaste esas luces, eres maga o algún tipo de demonio-
-Hablas demasiado mocosa, y eso me molesta, pero bueno mi trabajo era traerte aquí, ese estúpido de ahí quiere hablar contigo.
De un lado tenía una loca de secundaria torturándome y enfrente lo más absurdo que podía a ver visto hasta ahora, un chico con esmoquin y su cabeza oculta por una máscara de lobo, no podía imaginar cómo podía aguantar el calor que hacia estando vestido de esa manera
-Aly te dije que no trataras mal a la señorita- dijo el chico con un tono muy tranquilo
-Señorita si tiene la cara la de ser una zorrita-
-Eso lo dirás por ti – dije defendiéndome
-¡Maldita pu…!-
-Aly ya basta, no te pedí que la trajeras para ofenderla-
-En fin, lo que vengo a decirte es solo la introducción de lo que el vendrá a ofrecerte
-¿El? Deja de hablar con rodeos y digan que quieren de mí
-No vayas tan de prisa, dime qué harías si te dieran la oportunidad de obtener todo lo que deseas
-Demasiado bueno, pero supongo que no es gratis y que tampoco es muy decente lo que tengo que tengo que dar a cambio- mientras decía di una miradita a mi agresora quien solo respondió con un gesto de desprecio; el tipo enfrente de mi comenzó a reír
-Muy lista, en verdad comienzo a sentir envidia de ese tipo
-No se dé quien hablas pero si solo van a decirme tonterías, déjenme ir que me están esperando
-No te preocupes, estas en otra dimensión similar a la que habitas, además el flujo de tiempo está detenido, así que aunque estés dos días aquí, tu papa solo percibirá dos segundos-
Eso si asusto y no el hecho de que tenían el poder de manipular el tiempo sino que sabían quien me esperaba, e inmediatamente me vino a la mente el hecho de que habían investigado a mi familia.
-Bien, Aly es una gladiadora, amazona o guerrera como tú prefieras llamarla, a cambio de ofrecer espectáculos como el que presenciaste esa noche, puede tener todos los lujos que desee, eso es lo que se te ofrece, la oportunidad de tener todo lo que desees.
-Claro siempre y cuando conserve mi vida-
-¡Oh!, te refieres a eso, no, no somos tan despiadados como para matar linduras como tú, claro que Aly le falta un poco de tacto, a la hora de realizar su trabajo, pero te aseguro que hay peores-
-Si como no, y yo nací ayer-
- Bueno en realidad lo que se apuesta aquí son tus recuerdos-
-¿Mis recuerdos?-
-Veras, para quienes trabajo necesitan que crean en ellos y para lograrlo crearon este juego como un favor a sus seguidores, que de cierta manera tienen una obsesión con las participantes, así que matar a las participantes en cada encuentro crearía un disgusto entre ellos y mis jefes-
-Espera, estás diciendo que un loco pervertido, te mando para que me conviertas como esa- señale a Aly quien al parecer hacia un gran esfuerzo por contenerse para no saltar sobre mi patearme.
-Una forma fea de decirlo, pero acertaste-
-Y si me niego, que harían conmigo-
-Nada, se respeta tu decisión y solo se te borraría de la mente toda situación que te relacione con este mundo, pero debo decirte que el reclutarte no es mi trabajo, y esta plática que tengo contigo, la estoy haciendo a escondidas de mis superiores.
-¿Por qué lo harías así?, no voy a caer en el truco, de que soy especial porque estoy segura que se lo has dicho a todas.
-Es verdad no eres especial, pero la forma en que tuviste contacto con nosotros no es usual, y digamos que por ello rodarían muchas cabezas, es por ello que quería saber el porqué de esta situación-
-Y bien que es lo que encontraste- dije nerviosa
-Nada, pero hablar contigo me da una idea de lo que pasa, Aly es hora de irnos-
-¡Hey!, por lo menos aclárame algo, van a dejarme en paz-
-Eso es algo que tendrás que decidir, solo te advierto que él es muy bueno convenciendo a la gente, así que adiós-
Al instante con un chasquido de sus dedos, el ruido que hasta ese entonces no había notado su ausencia, regreso a mis oídos y en un instante la imagen del lobo y Aly desaparecieron del lugar.
Mi cuerpo inmediatamente impulsado por el miedo, comenzó a moverse para salir de ese lugar, corrí tan rápido como pude y fue la primera vez que mi corazón estuvo tan feliz ce ver a papá parado frente al auto.
El recorrido a casa fue como el de la mañana, silencioso y era eso lo que más me angustiaba pues no podía decir nada, para recibir un poco de consuelo y calmar el miedo que tenia por lo acontecido hace poco.
Llegue a casa y lo primero que hice fue buscar el sillón de la sala para poder a poyar mis temblorosas piernas, fue casi un milagro el que no cayera al suelo en mi recorrido del auto a la puerta de entrada.
Cerré mis ojos durante unos minutos, intentando relajarme, (como si eso fuera ayudar a olvidar este desagradable del día, bueno lo de Lu no fue tan malo). Al abrirlos; ¡santo Dios!, parece que él había oído mis plegarias y había recompensado mi sufrimiento enviándome al paraíso.
Alto, piel clara, ojos verdes, cuerpo atlético y rodeado con un aura que no pude describir. Miraba hacia la puerta, la que me dio tiempo de sentarme como una señorita (ojala no me haya visto tumbada en el sillón como un hombre de cuarenta todo borracho y entreabriendo los ajos al darse cuenta que alguien tropezó con él).
La mirada despectiva de Karen me regreso a la Tierra, no pude notar en qué momento se coloco detrás de mi ángel (no encontré una mejor forma de llamarlo, ya que no sabía su nombre). Al parecer seguía dormida pues no pude escuchar lo que le dijo en parte porque estaba medio dormida y por otra que hablo tan cerca de su oído, una de las formas usuales de Karen de marcar su territorio de otras chicas y en este caso fue una advertencia de que ni siquiera pensara en acercarme a él.
Inmediatamente el comenzó a subir las escaleras, era obvio que se dirigía al cuarto de ella.
-¡Hey! Adelante, hay que empezar a trabajar- sonó la voz de Karen con ese hipócrita sonido de amabilidad-
Al instante un grupo de chicos y chicas aparecieron por el pasillo. Conté como seis personas y cuando paso la última, rápidamente me pare con la esperanza de ver aunque sea por un momento la silueta de mi ángel; justo cuando iba a llegar al pie de las escaleras algo tropezó conmigo, acompañado del sonido de libros y libertas chocando con el suelo
-Lo siento, no te vi – dijo la persona que casi me saca un grito por el susto (aunque me lo tenía bien merecido por andar espiando)
-Si está bien- conteste
La persona que estaba frente a mi era un muchacho delgado, y a simple vista parecía algo patético, todo lo contrario al príncipe azul que había subido las escaleras, unos momentos antes.
-Hey bobo, apúrate con el material- le grito una compañera desde la parte superior de las escaleras
-ah sí ya voy- contesto con una tímida voz – lo siento de nuevo y disculpa- se dirigió de nuevo hacia mí y comenzó a subir las escaleras
- No sé cómo te pudieron escoger en el equipo- expreso la chica con un tono de desprecio tan descarado, que casi sentí lastima, al pensar que este sería el típico chico de los recados y que si estaba aquí seria victima de las bromas pesados de los invitados de esta casa. Sin embargo esa compasión desapareció y se convirtió en escalofríos cuando note que se me quedo observando.
Estaba a punto de volver a la sala cuando voltee hacia las escaleras y lo vi parado mirándome fijamente con una mirada que solo podía definir como maliciosa. A pesar de notar que lo había descubierto se quedo un buen rato mirándome de pies a cabeza. Estaba a punto de reclamarle pero comenzó a subir las escaleras y lo que detuvo el sonido de mi voz fue el hecho de mencionar que era “idéntica”. Supongo que me comparo con Aly pero la forma en que lo hizo fue un poco molesta y espeluznante.
Ya en mi cuarto logre escuchar el ruido proveniente del de Karen, y durante un tiempo estuve como un cachorrito al tanto de quien entraba y salía de la habitación esperando ver cómo eran los nuevos compañeros de mi hermana. Al parecer su visita duro bastante ya que me quede dormida sin darme cuenta sentada junto a mi puerta. El sonido de las despedidas en el pasillo me despertó y después de asegurarme de que todos bajaron las escaleras. Salí corriendo a ver por la ventana; por la escasa luz de la calle logre ver solo algunas siluetas.
-Nos vemos mañana Mario – alcance oír a mi hermana gritar y solo logre ver a ese regalito de dios montando una motocicleta negra y haciendo una señal de despedida a Karen.
-Así que se llama Mario- dije sonriente (creo que cuando una chica está enamorada el nombre de esa persona nos parece tan maravilloso, ya que esa noche me desvele escribiendo su nombre entre corazones en mis cuadernos).
Aun cuando el ya se había ido me quede un buen rato observando hacia la dirección en la que se fue
-Carol baja a cenar- grito mi mama,
-Si ya voy - baje las escaleras tan feliz que iba tarareando una canción, olvidando que si tenía que preocuparme por algo