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Aly
Lunes 7:00 a. m. hora de despertarse y como no con el escándalo del despertador.
-Auh un minuto más- dije balbuceando
-Señorita más te vale estar parada y vestida en veinte minutos- se oyó la voz molesta de mamá
-Apúrate que el desayuno se va a enfriar- menciono después- tu papá no tarda en llegar y se molestara si lo haces esperar-
Es verdad hoy ingresaba a mi nueva escuela. Un poco molesta por no poder dormir muy bien, sobre todo por la preocupación de experimentar una situación similar a la de hace poco. Sentada sobre la cama mire hacia la puerta de mi cuarto y vi mi uniforme; compuesto por una falda de cuadros de color verde fuerte y claro, una camisa y suéter con el flamante escudo de la escuela donde pasaría el resto del año.
Después de darme un corto baño me vestí con el uniforme. Aun cuando era de corta edad, parecía un poco mayor (yo diría que como una chica de catorce), y el uniforme me hacía ver aun mas con esa apariencia. Cepille mi cabello y baje después de oír el grito de advertencia de mamá.
Ya sentada en la mesa, mi madre trajo un vaso de leche, un poco de fruta cuando de la entrada principal apareció papá.
-¿A dónde fuiste?- pregunte
-Cariño fue a dejar a Karen a la prepa- contesto mi madre, ya que de papá solo recibí como respuesta un gesto que indicaba que estaba un poco molesto por mi tardanza; por lo que me apresure a tomar mi desayuno, lavarme los dientes y me despedí de mamá
El recorrido a la escuela fue alrededor de unos quince minutos que me parecieron eternos ya que en la ciudad donde vivía era mi madre quien llevaba a Karen y a mi juntas, y por lo general era una persona con quien se podía tener una plática y si a esa imagen le hubiéramos quitado la presencia de Karen, hubieran sido los momentos más agradables de mi vida; pero en esta situación sentía que un movimiento en falso y mi padre explotaría y terminaría siendo regañada.
El alivio me invadió cuando logre ver un pequeño grupo de niños con las mismas ropas que yo parados en la entrada de la escuela que lleva el nombre “Escuela primaria Amado Nervo No. 214”.
-Te espero a la salida, así que no tardes- dijo papá una vez que detuvo el auto
-Si está bien- conteste, le di un beso en la mejilla y baje del auto
Al primer paso dentro del patio de la escuela una bola de nervios me invadió, pues en otra situación mi mamá me hubiera acompañado en la búsqueda de mi salón. Aun que me esperaba el tener cierto número de miradas curiosas sobre mí, por ser la nueva, no creí tener además a un número de gente secreteándose al verme pasar en mi trayecto a la entrada. Creí que era producto de mi imaginación sobre todo porque estaba muy tensa pues no conocía a nadie.
Al cruzar la puerta de la escuela me topé con una niña de casi la misma altura que yo , uniforme bien planchadito, su pelo recogido con una coleta; es lo que más pude observar con la mirada rápida que eche sobre ella. Este evento marco el inicio de mis problemas en este lugar y lo que me desanimo en la idea de tener amigos
-Llego otra como esa busca pleitos- logre escuchar el comentario que era dirigido a otras dos niñas a su lado.
Suspire mentalmente pues no sabía a quién se referían pero era evidente que la comparación con esa persona, me crearía una barrera al tratar de relacionarme con los demás así que ser ignorada es una de las pocas cosas que no cambiaron en la mudanza.
Después de caminar por un largo pasillo llegue a la dirección, toque la puerta y una dulce voz contesto con un “adelante”. La voz provenía de una señora algo joven que estaba al parecer jugando con dos niñas de primer año.
-Bueno corazones, es hora de irse a su salón- la última parte de la oración parecía que la corto muy tajantemente; y la afirmación a mi sospecha fue el hecho que trato de ocultarlo con una sonrisa después de un momento de silencio. El tono entre molesto y de decepción que salía de su voz por tener que tratar conmigo me aseguraba que había sido encasillada por un delito que había sido cometido por otra persona.
Después de una breve explicación sobre las reglas de la escuela llamo a una de las prefectas para que me guiara a mi salón.
-Y recuerde señorita, aquí no toleramos ningún acto que dañe la moral de la escuela- dijo con un tono muy serio que sorprendió a la prefecta pues esa severidad en la voz de la directora era poco usual, por no decir que nunca se le había visto.
Una vez en la puerta del salón, la perfecta toco y me dijo que esperara a fuera un momento en lo que hablaba con la maestra; cinco minutos después se me llamo a entrar. Al entrar las miradas de los que serían mis compañeros me comieron de los pies a la cabeza; en sus miradas podía leer claramente que era una amenaza en su pacifica vida.
-Bien todos pongan atención- dijo la maestra rompiendo esa atmosfera incomoda- Ella es Carolina será su compañera por el resto del año- después de la pequeña presentación me señalo un lugar vacío hasta el fondo del salón.
-¿tienen problemas de visión?- me pregunto
-No- conteste
-entonces puedes sentarte en ese lugar-
La prefecta presente en todo este tiempo dio las gracias y salió del salón. Justo cuando la maestra empezaba a dar indicaciones alguien toco a la puerta. Al mirar al frente pude ver a una niña pequeña con dos pequeñas coletas.
-Dice el profesor Javier que no pudo conseguir su encargo- se dirigió a la profesora
-Bueno que le vamos a hacer- contestó un poco desanimada la maestra - Bien puedes sentase Lucia-
Lo que me extraño de todo esto no fue la figura tan pequeñita de mi compañera, sino el hecho de que no perdí ni por un segundo el trayecto a su asiento, que por raro que parezca era el que estaba a mi lado. Aun cuando fui muy obvia en quedármele viendo cundo paso a mi lado no recibí ni siquiera una miradita de reclamo de su parte, solo se sentó sin hacer el menor ruido.
Después de una hora mientras escribía lo que la profesora puso en el pizarrón, vi caer una goma cerca de mis pies. Al levantarla para preguntar a quien le pertenecía, note que una carita sonriente estaba dibujada y abajo una flecha que indicaba que observara el reverso, lo cual hice casi de inmediato y lo que encontré fue un mensaje “hola, bienvenida platicamos después”
-Gracias por recogerla- dijo Lucia
-Si- fue lo único que pude decir, ya que de inmediato tomo la goma de mi mano. Luego de este evento no me dirigió la palabra o volteo verme; lo cual me puso un poco nerviosa, ya que en mi mente estaba la idea de no sería nada bueno lo que me tendría que decir.
A las 10:30 minutos sonó la campana, inmediatamente me puse de pie al lado de la butaca de mi compañera.
-No sé de qué quieras hablar conmigo pero…-
-Señorita Lucia por favor venga un momento- sin consideración fui interrumpida por la maestra, y Lucia solo se movió como si no estuviera ahí. Al llegar con la maestra conversaron un rato y salieron del salón. No sabía si sentir enojo porque me dejaron con la palabra en la boca o sentir alivio por retrasar una situación que me tenía muy nerviosa.
El sol quemaba muy fuerte en el patio por lo que me refugie en una banca que estaba bajo la sombra de un árbol, atrás de la portería de la concha de futbol. El lugar era tranquilo, y al parecer mi estancia en ese lugar hacia que la gente no transitara mucho por los alrededores; está a la mitad de mi almuerzo cuando por sorpresa Lucia se sentó a mi lado.
-aay!- grite por el susto
-Linda voz aunque no deberías depreciarla diciendo cosas sin sentido- dijo muy calmadamente
- y bien de que querías hablarme-prosiguió
-Disculpa pero fuiste tú la que me envió esa nota- reclame
-Pero como me veías con mucha atención cuando me dirija a mi asiento, pensé que me ibas a decir algo, como “eras tan linda que me he enamorado de ti”; pero como la profesora es muy estricta, seguramente te interrumpiría y nos regañaría a las dos, así que se me ocurrió echarte una manita para que la confesión te saliera a la perfección.
-Eh!- fue lo único que pude decir ya que lo que acababa de escuchar era lo más loco que me habían dicho, además que dejaría a cualquiera en mi situación sin la más mínima idea de lo que estaba pensando esta chica. Sin embargo fue en este momento cuando encontré él porque me quede observándola hace unas horas era por su peinado.
-Primero recibo un grito, luego una respuesta sin sentido, así nuestra relación no va a funcionar- dijo interrumpiendo mi pensamiento
-Bueno entonces empecemos desde lo básico- sonriendo estiro su mano –Soy Lucia pero me puedes decir Lu- tome su mano
-Carolina, pero mis amigos (si es que los tenía) me dicen Carol-
Después bromeamos un poco. Estaba muy contenta pues aun que era un poco rarita Lu era la primera amiga que había hecho. Sin embargo una duda me seguía incomodando así que sin vacilar le pregunte
-¿Por qué son muy distantes conmigo los demás?- vi como la sonrisa de Lu desaparecía de su boca para colocar en su lugar una expresión seria
-Sabía que preguntarías algo como eso- dio un suspiro y continuo –Para empezar tiene que ver con que no eres de aquí, y que estas en una situación en la que cualquiera que te hable se suicidaría socialmente-
-No soy un animal rabioso o algo por el estilo- dije un poco alterada
-sí, pero has oído cierta comparación que te hacen con otra persona- asentí con la cabeza
-bueno acompáñame a la secundaria te mostrare con quien te comparan- señalo hacia atrás de donde estábamos sentadas-
-En esta zona hay tres escuelas juntas, esta primaria la secundaria y una de las dos preparatorias que hay en el pueblo; todas con el mismo nombre-
Caminamos un pequeño tramo y llegamos a una reja que separaba a las dos escuelas
-Tenemos suerte ahí esta – me señalo a lo lejos a una chica que estaba sentada jugando con el teclado de su teléfono. Al observarla sentí que ya la había visto en alguna parte pero no sabía dónde.
-se llama Aly Fernanda, se mudó por estas fechas hace como dos años, lo único que diferente es que ella curso el sexto y no el quinto como tú. La mayoría de los adultos son muy estrictos con los buenos valores, así que una persona como ella vistiendo ropa que les parece no muy adecuada, rápido se gana el que la tachen con una palabrota y a nosotros nos prohíban hablarle.
-Pues me parece muy normal, además en la ciudad te encuentras con cada tipo de ropa rara-
-Bueno pero aquí vestir con faldas muy cortas, playeras muy pegadas, y tener celulares, además de ser de marcas que hasta los más riquillos de por aquí dudarían comprar, no es algo que toleren-
-Entonces esto tiene que ver con un poco de envidia- comente
-Es que ahí es donde esta lo raro, su familia no podría comprarle todo eso y por esa situación corren rumores muy malos sobre ella y gracias a eso todos los que vienen de fuera son tratados con mucha desconfianza-
-Tan malos son los rumores como para hacer pensar que todo el que se mude aquí es igual-
-Algo así-
-¿Podrías contarme de que se tratan?- le pregunte, pero en ese momento sonó la campana que marcaba el final del receso.
-Será en otro momento ahora nos tenemos que apresurar- dijo poniéndose en marcha
-Si está bien- justo cuando me di la vuelta para alcanzar a Lu, un escalofrió me invadió y casi por instinto mire hacia donde se encontraba la chica de secundaria, pero esta ya no estaba
-Apúrate, no quiero que mi novio llegue tarde- me grito Lu
-¡Que! de nuevo con eso- conteste
-No creerás que esta chiquita bonita sea el chico en nuestra relación-
-Ya para con eso-
-No te enojes, ya sé de consuelo mañana te regalare una foto mía para que sueñes conmigo-
-Creo que me estas asustando-
-Vamos, va hacer en una pose súper sexy -
El resto de las clases paso de manera tranquila. Esta mañana estaba toda confundida por la actitud de las personas hacia mí, pero después de conocer a Lu creo que recupere algo de esperanza en mi idea de encontrar amigos.

Texto agregado el 04-12-2013, y leído por 65 visitantes. (0 votos)


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