HACIA UNA NUEVA ANIMALIDAD 
Primera Etapa. 
Mucha gente dice que a ciertos animales solo les faltaría hablar para ser humanos. Yo me contentaría con saber que a ciencia cierta pueden pensar algo de un poco. Para mejor decir, que al menos pueden comprendernos así como son. Esta es  una buena pregunta planteada, y hay que averiguarlo enseguida me dije. Por eso el día en que el verdulero paró con su carro y su caballo a mitad de cuadra, me convertí en pasto tierno para  dejar que este animal me consumiera a su gusto y antojo. Sí, fue como se lee, aceptémoslo tal cual. Si no hay mejor manera que  averiguar algo, in situ y utilizando sin escrúpulos nuestra innata y graciosa imaginación  humana que nos caracteriza desde siempre. Entonces una vez instalado en este insólito puesto de observación, y después de recorrer algunas cuadras por este mismo barrio, caí en la cuenta que el animal hacía su trabajo muy bien aprendido y a  rienda suelta nomás,  Que se detiene en cada parada sin que ese tipote de arriba se lo imponga tirando del freno, y  que arranca al ver de reojo que la última clienta de la fila  ya se va con el bolso bien rellenito. Hábil maniobra  que ya   desde afuera se la  había atribuido como un adiestramiento asimilado por simple repetición, pero desde acá adentro todo  parece tener otra explicación más ajustada y comprobable. Se ve que un sinnúmero de neurotransmisores bajan y suben como chispas eléctricas a  cada tipo de orden que proviene desde  lo alto, digamos desde  un cerebro en funcionamiento  que algún grado de responsabilidad  parece tener. Entonces no sería nada aventurado afirmar  que podrían estar capacitados para pensar, discernir y luego actuar en consecuencia. Hasta aquí mi sacrificio en nombre de la ciencia valía la pena. Pero con respecto a la comunicación específicamente oral con nosotros aún lo veía muy verde, mejor dicho,  no me constaba ningún indicio de actividad inteligente hacia la boca misma. Ningún  otro instinto menos salvaje que ese de comerme vivo que tuvo por las ganas de probar algo fresco y nutritivo. Evidentemente, sí, existe una conexión con sus congéneres, porque  entre de los de la misma raza sé que se llevan de maravillas, con los extraños no lo averigué todavía, porque el único otro animal que se  nos cruzó fue un indiferente y antipático perro que muy apurado pasó por debajo de nosotros. Volviendo entonces a lo nuestro; ¿para qué comunicarse con los humanos? ¿Para presentar claro y  explícitamente sus justificadas  quejas?, les iría peor. Y será por este verdadero prejuicio que ellos   apenas se hacen entender escuetamente con algunos recursos urdidos para nosotros. Como por ejemplo; un jadeo significa “estoy cansado”, un resoplido: “me estoy  fastidiando” y un relincho “ estoy enojado del todo”. Y con esta  gama de gestos se las arreglan bien, pero desde que estuve metido en esto  me propuse ampliarle  esta escueta y mezquina manera de comunicación tratando de inducirle algunas pantomimas nuevas. Y urgentes, ahora  no tanto para mejorar su condición de bruto animal que hasta ahora es, sino por salvar algo de este  curioso humano que todavía puedo ser. Una manera  podía ser  garrapateando un S.O S con las pezuñas  en algún suelo flojo, otra menos explicita, pero más llamativa, girando la cola como un ventilador trasero, moviendo las orejas en forma continua y ostentosa. Cualquier cosa pudo ser, pero en vano, no supe cómo dar las órdenes precisas sin tener un acceso directo a ese inexpugnable cerebro. Debería  convertirme en una neurona nueva pensé, pero todavía estoy lejos, en el estómago recién. Y siendo realista ya a punto de ser absorbido total o parcialmente, desechado del todo como inservible en cualquier lado, o retenido. Según lo que se dé primero, seguiría desde  adentro tirando de este carro duro y parejo, ya como un ser integrado de por vida, caso contrario, si  decide desalojarme  de pronto, saldré como una bosta hecha mierda sin ninguna posibilidad de recuperación humana… 
 
Segunda etapa. 
 
…Parece que sirvo todo porque continúo por acá, estoy en el estómago, ya lo dije. La digestión disuelve mi disfraz como si nada y voy para la sangre seguro. Mi deseo ahora es encontrar  una conexión compatible más profunda, un ADN abierto por  donde  engancharme, y ser parte de una misma  cosa y mejorarla si se puede. En eso estoy… Es una  suerte poder  recordar a Darwin afirmando que todo ser vivo se adapta a todo ambiente lento pero inexorablemente, y ya estoy notando algunos de estos  intrínsecos cambios, acostumbrándome digamos. Ya me satisfago bien sin ingerir carne vacuna, ni ese  plato de ravioles preparado en casa que tanto me gustaba. Ahora elijo mejor prefiriendo las verduras marchitadas, los tomates podridos  y las frutas pasadas, antes que ese  pasto seco en fardo que se acumula  en el establo del patrón. Me faltaría aprender a parar más  arrimado al cordón , a relinchar un poco  cuando las vecinas se quejan de lo caro que están las hortalizas, y a alborotarme bien feo cuando el patrón de arriba me sigue  rebenqueándome con eso de; “¡Este, cuánto más viejo más retobado se me pone,carajo!”...Sé que tendré que aguantarme el rigor de estos ignorantes de mi raza natal  sin que se me escape un; ¡La gran puta que te  parió! Porque nunca como en este momento  creo que en boca cerrada no entran mocas, si es que  ya estoy mucho más tolerante  con ellas rodeándome. Por eso, y por todo lo que viene,  no dejaré  de morder bien apretado el freno con esta fiera bocaza mía que nada dirá. Porque de esto ni una palabra a nadie…        
 
 
 
 
 
  |