Llueve afuera, estoy muy preocupado mi hermano aun no llega y ya han pasado varias horas desde que nos dijo q venia para la casa, a veces me pongo a pensar en que sucedería con mi familia si mi hermano muriera; tal vez mi madre se pondría como loca, mi papa lloraría a solas, yo….
De repente un relámpago nos asusta a todos, volteamos muy nerviosos para poder decir algo que tranquilizara el ambiente pero nadie pudo decir nada, suena una patrulla a lo lejos en la calle y mi madre se pone más nerviosa aun, de repente suena el teléfono comencé a notar la mirada de todos ante el teléfono, mi padre cerro la boca y pareciera que hubiera visto a un fantasma, mi mama se levanta y me mira con ojos como si quisiera decirme algo pero no comprendo lo que tal vez me quiso decir, yo tardo mucho en levantar el teléfono dejo que siga sonando, esperando que sea una buena noticia, pero estaba equivocado….
En el funeral todos lloraban, mi madre gritaba, mi padre le salían unas pocas lagrimas, mi abuela estaba abrazando a mi madre, y los demás familiares lloraban, gemían, decían palabras de condolencias, o simplemente miraban, yo sin en cambio miraba hacia el infinito no sabia que decir que hacer o hacia donde mirar, me quería ir de ahí me sentía muy incomodo, yo apreciaba a mi hermano, tenia que estar ahí con el pasando los últimos momentos antes de que la tierra se lo comiera, al abrir el ataúd todos pusieron sus miradas morbosas en el grande ataúd de madera que pesaba mucho y que mis tíos mi padre y yo cargamos, pero al ver la cara que ponían todos de horror les comencé a gritar que se fueran que ellos no debían porque estar aquí que era cosa que ellos no comprendían, yo les gritaba una serie de groserías pero nadie me hacia caso si no que todos se quedaban viendo horrorizados el grande ataúd de madera que en la tapa estaba arañado, lleno de sangre, se veían uñas enterradas en la tapa del ataúd al voltear y mirar sus manos pareciera como si fuera de película; sus manos negras llenas de sangre roja fresca ya sin uñas y muy maltratadas llenas de astillas, al subir la mirada hacia su cabeza casi me desmayo.
Observe esa cara que ya no era familiar para mi; vi unos ojos grandes desorbitados inyectados de sangre, el pelo desalineado como si se lo hubiera arrancado de la desesperación su lengua yacía fuera de su lugar completamente negra e hinchada, sus dientes ya no estaban en su boca, los pude identificar al fondo del ataúd, un liquido negro le escurría por la nariz de igual manera le brotaba por los orificios de las orejas y por los lagrimales de sus ojos inyectados de sangre fresca.
Cuando vi dentro de este, me dieron unas ganas inevitables de salir corriendo de ahí, de pensar que todo esto que había visto era solo un muy mal sueño, una pesadilla, pero no, no lo podía creer que su hermano su tan querido hermano estuviera desfigurado, como si hubiera vuelto de la muerte para sufrir mas como si alguien quisiera robarle lo único que le quedaba hasta ese momento, su alma…. ¿su alma? Tal vez eso que salía de su cadáver era lo último que quedaba de su alma, yo pensé.
Después de unos días tengo una horrible pesadilla donde veo esa escena de mi hermano desfigurado y su alma escapando.
Tomo la decisión de ir al panteón a desenterrar a mi hermano, debo decir que no es muy difícil la entrada al panteón pero no pensé en lo difícil que seria cavar para llegar al famoso ataúd inmenso de madera. Después de unas horas de trabajo intenso llego al ataúd, era ya de noche sin en cambio no veía la luna eso se me hizo muy extraño bastante diría yo, pero recordé que mi abuela contaba que cuando el alma de una persona era libre y recorría el mundo lo hacia en una infinita obscuridad pero la verdad es que yo nunca le creí eso se me hacia muy absurdo. Al mirar el ataúd disimule un color plateado que comenzaba a brillar muy intensamente, al abrir el ataúd mi hermano ya no estaba solo estaba esa sustancia negra que ahora era plateada y comenzaba a brillar de forma inexplicable, hubo un momento en que brillo tanto que no pude ver mas y tuve que cubrirme los ojos para no ser cegado por esa intensa luz, pero así como comenzó a brillar desapareció.
Nunca pude explicar ese suceso, nunca lo comente con nadie sabia que nadie me creería mas que mi abuela pero ya no estaba en esta tierra.
De igual manera nunca me explique y no quise averiguar porque mi hermano estaba tan desfigurado en ese grande ataúd de madera, hasta le fecha sueño con ese grande ataúd, pero no quiero moverle mas a ese asunto, tal vez mi destino sea el mismo, tal vez todos los muertos regresemos a la vida un momento como mi hermano para poder liberar a nuestra alma y sea esta la que nos da belleza y vida, por ella somos lo que somos, humanos.