UN MATRIMONIO SUIGENERIS… y DE LA VIDA REAL.
- ¡Mamá!
- ¿Si mijito?
- ¡ME CASO!
- ¿Cómo?? ¡Cómo que te casas! Tienes 19 años; estás loco, quieres arruinarte la vida…
Pasaron dos meses y llegó el anhelado día de la fiesta. El novio tenía 19 años, la novia 16; no habían acabado el colegio, la niña por su corta edad, el joven por… (Sin comentarios). ¡Unas criaturas!!… Todo listo, la iglesia, la fiesta, la comida, los invitados, todos los preparativos y detalles, no se les escapó nada.
Tan, tan, ta, tan… Tan, tan, ta, tan…
¡Llegó la novia!, ¡llegó la novia!; - ¿y el novio?? ¿Dónde está el novio? – Llamen al novio, la novia ya llegó… Mientras le buscan al novio, nadie hizo nada para impedir que la novia no entre a la iglesia, la que segura que el novio está adentro esperándole, hace su ingreso… Los apuros, le hacen salir nuevamente a la novia, los niños que llevaban los aros y demás, se reniegan; viene el alboroto,; pasan quince minutos, veinte, y al fin llega el novio. Hace nuevamente su entrada la novia; los niños del ajuar empiezan a pelear entre ellos, los lloros los gritos, tiran los anillos los azares, se dan media vuelta y se van; todo un show en la iglesia, las madres tras los niños, la una que le hala de la oreja, la otra que le tironea del brazo, una de ellas lanza un estruendoso grito, mientras por ahí unas comedidas buscan los aros entre los pies de la gente. Viene el sermón del señor cura. “Pero cómo es posible; quienes son los irresponsables que hacen casar a estas criaturas que están empezando a vivir; no puedo casar a estos inocentes (ya la novia tenía 2 meses de embarazo) Quieren hacerles infelices a estos angelitos de Dios; no saben que esto Dios castiga; ¿dónde están los padres de estas criaturas? Que se pongan de pié. Ustedes son los irresponsables, solo piensan en ustedes, en la fiesta, en el baile, y allá que estos inocentes se desgracien, eso es lo que quieren no irresponsables, malos padres, que no tienen un poquito de sangre en la cara, no les da vergüenza… El sermón fue de lo peor, el cura defendía a los novios como si fueran hijos suyos, el peor sacrilegio para el sacerdote, es que se casen esos dos seres de luz… El padre del novio, “disimuladamente” se acerca al sacerdote, y en todo amenazante, casi fuera de casillas le dice: - Si sigue así padrecito, no voy a pagarle ni un centavo, y me salgo este rato con mis hijos… El padre cambia de actitud y por fin les casa a los muchachos. Suena la marcha nupcial y los novios se disponen a salir; los invitados hacen la calle de honor, arrojan el concebido arroz en señal de prosperidad, mientras en la parte de afuera de la iglesia, les esperaban dos palomas BLANCAS, pulcras, inmaculadas, HERMOSAS; a estas palomitas les soltarían los novios fuera de la iglesia. Salen los novios, les entregar las palomas, les sueltan, la una vuela en libertad hacia los cielos, mientras la otra vuela aturdida en la noche, cae a la calle, pasa un carro y le hace papilla; la pobre paloma quedó en el piso como estampita, formando parte del pavimento… ¡BUEN AUGURIO!!! Je, je…
Empieza la fiesta, tragos van, tragos vienen; el novio con unas copitas demás, la novia por su lado; Suena la música nupcial, los novios se van… El novio no quiere irse, dice que la fiesta es de él que aún es muy temprano; su madre recrimina al novio, pero este gana; sigue la fiesta, los tragos, la algarabía… vuelve a sonar la música nupcial, al fin los novios se van; vienen las despedidas, los llantos, los abrazos… El novio se encontraba los más relajado y tranquilo, no más borrachito, la novia lo propio, pero sana. Ya los parientes les habían reservado la habitación en una de las hosterias de fuera de la ciudad, todo estaba listo. Se acerca uno de los tíos del novio, y le dice que cómo se van a ir en Taxi, que se lleven su carro; este carro tenía un bloqueo con una clave, la misma que le proporcionó solo al novio. Los novios se embarcan y salen hacia la hostería Duran (esto hace 30 años)… Era una noche muy fría, de esas que no hay un alma en las calles por temor a congelarse. El reloj daba la una de la mañana, cuando los novios esperaban ser recibidos en la habitación; se baja el novio, entra en la hostería, se escuchan unos gritos, sale el novio, la novia pregunta qué pasó… No había reservación para ellos; no había una sola habitación disponible, ya que en esa época se jugaba un campeonato deportivo en nuestra ciudad y los hoteles estaban llenos. No hay más que hacer, vamos a buscar en donde pasar la noche. Después de largos minutos de deliberaciones, los novios deciden ir a la quinta del padre del novio, lugar en donde sería la reunión familiar al día siguiente. Suben al carro disponiéndose a tomar camino hacia la quinta, tratan de encender el motor, pero lamentablemente se olvidó la clave; ¿qué hacer ahora? como en ese tiempo no habían aún los prácticos celulares, no le quedó más que dejar a la novia en el carro, ir a la ciudad y regresar con la clave, o con otro vehículo. Sale el novio dejando a la novia vestida en el carro, en un frío que calaba los huesos, pero lo hace a pie ya que no habían taxis por allá, Cuando el novio caminaba hacia la ciudad, y en eso buscaba de paso un taxi, en una tienda del lugar, bebían unos seis malandrines, los que al ver al inocente así tan bien vestido, empiezan a mofarse y a atacarle verbalmente, hasta que uno de ellos decide perseguirlo para asaltarlo… La despavorida carrera del hombre pudo más que la chispera de sus acosadores, logrando escabullirse en la oscuridad de la noche… Jadeante, con la corbata chueca, con los pelos alborotados, por fin llega el novio al local en donde aún se desarrollaba la fiesta, pero encuentra fuera, en la calle, una batalla campal; puñetes van puñetes vienen, y para casualidad, los involucrados, eran justamente los amigos del novio, aquellos con los que había cursado la escuela y el colegio, aquellos con los que había compartido de todo y para todo, momentos inolvidables, que lo hicieron inmiscuirse en la batalla.
- ¡Si es con ellos es conmigo hijos de p!…
Pu, pun, pun, pun…
Por ahí asoma la madre del novio, se mete entre los púgiles y le saca de los pelos al ultrajado novio; roto el saco, pantalones sucios, con sangre en la camisa, todo esto mientras la novia espera pacientemente en el carro en algún lugar del mundo…
- ¿Qué pasó mijo? ¿en dónde está tu mujer? ¿qué pasó?...
La madre le da las llaves de su carro, el novio en forma apresurada, sale con camino a la hostería en donde dejó al amor de su vida. Llega a la hostería, su mujer lloraba, muerta de frío apoderada del miedo, reprochó la actitud del flamante esposo, y solo quiso ir a su casa... El novio le convence, cambia de actitud y deciden ir a pasar la noche en la quinta de su padre, lugar en el cual, al día siguiente se iba a reunir la familia de lado y lado para disfrutar de un suculento almuerzo, EN DONDE SE LLEVARÍA A CABO, LA TRADICIONAL “SERVIDA DEL PRIMER PLATO DE COMIDA DE PARTE DE LA ESPOSA AL ESPOSO, consistía en que la novia le preparaba un MUY BUEN plato de comida al esposo, y le llevaba a la mesa; este acto venía dándose por generaciones, y no lo podían dejar pasar. Toman camino hacia la mentada quinta, llegan, y la novia muy molesta, pregunta al novio: - ¿Supongo que tienes las llaves?? El novio pone una cara de Yo no fui, y dice: - ¡Cómo voy a tener las llaves, acaso Yo vivo aquí!; pues se suponía que aquí debería estar alguien, ya que debía preparar las cosas para el almuerzo de mañana… No habían las llaves, No había nadie en la casa; NO LE TOCÓ MÁS A LA NOVIA, QUE TREPARSE EL MURO CON TREMENDO VESTIDO; el novio empujaba de la parte trasera a la novia, se subía le jalaba, ella caía, se rompía el vestido, se manchaba con lodo, volvía a intentar, caía nuevamente, el vestido estaba hecho girones, hasta que se lo sacó y subió en ropa interior, pues no tenía ropa con que cambiarse; todo esto debía estar en la habitación que no se alquiló… Era un show ver esa escena, digna de los tres chiflados, solo que aquí eran únicamente dos… Por fin, logran entrar a la casa, pero solo a la parte de afuera de la misma, ahora tocaría ingresar a los cuartos; el novio con mucha habilidad para trepar, se sube al Techo, hace por ahí un agujero, salta y abre la puerta a la novia… Ya eran las cinco de la mañana…
Al día siguiente, llegaron los invitados, los flamantes novios ya estaban levantados muy sonrientes, pero un tantito malanochados. Llegó la hora que todos esperaban, llegó el almuerzo. La novia quien lucía muy elegante, se dispone a cumplir con la tradición familiar; colocan una música destinada para el efecto, todos se paran, dejan la mesa solo para el chispeante marido , para que la flamante esposa pueda servirle el primer plato de comida. La novia un poco nerviosa, bajo la mirada de todos los presentes, quienes seguían muy de cerca la tradicional SERVIDA DEL PRIMER PLATO, prepara un gran plato de comida, con todos los detalles del caso, y se aproxima a la meza con el suculento potaje; toma el platillo en sus manos, da unos cuantos pasos de la cocina a la meza, todos hacen calle de honor, cuando eso, se escucha ¡chilín!, ingresa por la ventana del comedor una pelota perdida de algún niño que jugaba fútbol en el patio de atrás, cómo entró el proyectil, quien lo pateó, nadie sabía, pero con tanta puntería, que surcando los cielos y pasando de una a otra construcción, GOLPEA EN EL CENTRO DEL SUCULENTO PLATILLO, el que vuela por los aires, en eternos segundos, cae la comida en la cara del esposo, camisa, saco, todo un desastre, el plato al piso hecho picadillos… Pasaron seis meses, estaban firmando el divorcio… La moraleja póngale Usted por favor… y recuerde, que esto, es de la vida real, aunque parezca solo un cuento.
|