Yace el domingo en la tarde bochornosa de primavera.
Endulzan las calles un festín de glicinas.
A su paso, un ligero piar de amor de torcazas enamoradas.
Son postales de una ciudad perpleja,
Que intenta arrancarle una sonrisa al sol
OTREBLA
Texto agregado el 01-12-2013, y leído por 252
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