PEDRO Y SU MAESTRO

-Gracias maistro, por traime hasta cá.
–No te traje, llegamos juntos, montados en alpargatas. Tomá, tené esto, va a hacerte falta.
-No maistro Nazareno, a uste le hace más falta que a mi, mire, si sus alpargatas son más bigotudas que las mías y de seguro que si levanta la pata, tienen un augero. Guárdelo pá los chicos, si yo se que usté se los dá, esos patacones no me priecisan. De seguro cazo un peludo, una lechuza o cualquier otro bicho, quien le dice que no encuentre un nido de avestruz.
-Bueno, Pedro, quiero darte algo…tomá.
La cara de Pedro se iluminó, los ojos le brillaron, lo abrazó al maestro. Muy despacio saco de su morral, un salame, queso, una galleta dura y un cuchillo chiquito y afilado, los dejó bien acomodaditos en el suelo y de más abajo, un cuaderno bien cuidado envuelto en un cuero sobado.
-Nunca tuve uno nuevo maistro, con este de seguro hago más linda letra.
Lo puso en el cuaderno y guardó todo con mucho cuidado.
-Tenga usté este, aunque sea de ricuerdo. -Le dió al maestro un lápiz chiquito de gastado y mordido en la punta. --Disculpe, pero el otro que tengo es un poco más grande y me ay de hacer falta. - Dígame, usté que todo lo sabe maistro Nazareno ¿Qué es una estación?
-Es muchas cosas; por ejemplo donde vas es como una casa del tren, solo para recibirlo de paso, le dan un poco de agua, la gente lo espera para que el los lleve y después se queda sola, otra vez esperando, queda muy lejos, caminá derecho, por esos fierros, siempre adelante.
-Maistro, yo se que se terminan en alguna parte, los guá a seguir hasta que se junten, o hasta que me canse.
Nazareno nunca supo cuanto tiempo miró a Pedro… se achicó más que un punto hasta no quedar nada…
-¿Qué estas mirando? Nazareno. - preguntó el director, más viejo que el y más cansado.
-Estoy mirando el futuro, que se va lejos del pago.
-Si… de allá viene…tenemos que esperarlo.
-Yo lo veo ir, puede que regrese algún día o se quede en otra parte.
Miró el director las vías y solo vio unas ovejas pastando, después dejó caer la mirada sobre la llanura; se le llenaron de silencio los oídos y los ojos con la hermosura del cielo y la pampa.
-Nazareno, vas a llegar lejos, pero siempre desnudo, decime ¿en que estás pensando?
-Pienso en una pelea a cuchillo. Es Pedro el que está en la pelea, tiene un cuchillo chiquito y afilado…al otro le saca punta hasta tocarle el alma, le encuentra la sangre negra y en una llanura blanca la va desparramando.