Inventaré un espejo
que me regrese todo el pasado,
a mi antojo, claro.

Que me regale los mejores pasos
confundidos con las voces pequeñitas
de los hijos que ya han crecido.

Ya no estoy para mecerlos
y gritarles la risa
aquella que no he olvidado.

Un espejo que se nombre manzana
con ojitos morenos
con manitas dulces
para decirme tan sólo que me ama.

Un espejo que traiga el juego de taconear con mis zapatos...

Un espejo de fondo incierto
donde asomen sus rostros
los muertos,
los que se fueron
sin siquiera yo saberlo.

Sería divertido ver besarse a mi madre
con aquel ferroviario
que regresaba de tanto en tanto
luego de viajes infinitos
en la locomotora de mis recuerdos.

Un espejo con cara de gato
como ese que no he olvidado
tan gris, que no quiero que se marche...

Un espejo que me mire
directo a los ojos
todo mágico,
con forma de media luna, brillante
para retener el cometa
que ayer me mostró
su viaje en un cielo enorme
inalcanzable...

Inventaré un espejo,
lo declaro,
desde hoy lo llevaré bajo el brazo.

FATAMORGANA
Patricia Lara Arriagada