La Parca voló sobre su casa unos cuantos días.
Días con sus noches El hombre agonizaba lentamente.
Lentamente respiraba y el dolor atizaba su sufrir.
Sufrir, sufrir era el pan de cada día y cada hora.
Hora? La hora de su muerte había llegado, Estaba ahí.
Ahí, sin mayores preámbulos esa ave cubrió con sus alas el lecho de El .
El Había muerto.
Texto agregado el 20-08-2004, y leído por 152
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