Ese dulce que hurtaste en martes, las mentiras a tu madre, los pecados que te tienen presa, el rencor que guardas sin fortuna, las sal reseca de tus lagrimas nocturnas y tus demás vergüenzas, también son mías, como tuyo es mi amor y mi deseo, mis desventuras y horrores varios, mis miedos carmesí, mis letras y mis manos.