Estoy sembrado en el hombre.
Nazco en la historia más antigua
de los pecadores.
En el obrero que hace el sueño
de la flor,
la más bella
de ojos garzos
color lluvia y pájaros.

Estoy sembrado en la risa y el llanto.
Amo el sol,
la vida que entra en nosotros
y sale con la muerte.

Amo las estaciones, a los niños,
a la mujer que entrecruza sus piernas,
trenza sus cabellos.

Amo con ese amor
que se hacen los hijos
tan parecidos al dolor y a la patria.

Amo y sueño
con los días y las noches
de la mujer que me colmó de besos,
cantó mis penas y enjugó mis llantos.

Amo la poesía
porque con ella describo
mis fantasías.

Amo al hombre
que con su canto humedece
el conuco
y facilita parir la tierra.
Amo los ojos negros
bañados
en agua clara.
Amo la mañana, el tiempo
de las mariposas, la primavera.
Amo el mundo y sus quimeras.


JOSE NICANOR DE LA ROSA.