Ni el mundo será cruel
ni tú tendrás la culpa
mucho menos el libro ése
de hojas sepiáceas
que rechazan desaparecer
tras hojeada y ojeada.

Será el final de la vigilia.
De mi sueño encarnado
como uña enterrada
camino y duele
la despedida materna
que mira desde abajo
en el cielo.

Verónica, Janette, Fernanda
Matilde, Vanessa, Esmeralda
Rocío, Antonieta y Julia se irán conmigo.
José, Norberto, Damían
Alejo, Boris, Clemente
Dionisio, Fausto, Leonardo y Lorenzo también.

Mi propio ejercito de no-nacidos
las únicas flores
que me acobardo a plantar.

Por eso presumo mis años de concentración en el campo
Para que dormir tanto no haya sido en vano.