Leyendas Estelares : El Big-Bang

En el bar del Gran Hotel Lunar se podían encontrar muchas cosas. Pero yo buscaba algo especial: el Relator de Leyendas.
Me lo habían descrito como un hombre muy alto, aunque diría más bien largo, con piernas largas, brazos largos, el torso largo, el cuello largo y, como era de esperar cara larga.
Interrogué al barman que me miró con superioridad mientras sometía una copa a un atento escrutinio que al final aplicó a mi molesta persona.
- Qué es lo que quiere con el “Largo”? – inquirió groseramente.
- Son cosas mías.
- Bueno, entonces encuéntrelo Ud.
- Me parece que empezamos con el pie equivocado.
- ¿Nosotros? …Ud.
- Asumo mi responsabilidad y le pido que me diga si el Largo se encuentra disponible.
-¿Por favor?
-Obvio.
- ¿Va a tomar algo?
- Lo que Ud. Diga.
- Bien. Será vodka, entonces. Bien…ahí tiene-- escanció generosamente un vaso largo y profundo-. Ud. quiere hablar con el Relator de Leyendas Estelares, supongo.?
Asentí humildemente.
- Es el señor que está sentado a su lado – y me puso un vaso de sucedáneo de vodka en la mano. Tomé un trago para no decir algo que lo hiciera empezar de nuevo.
El Largo estaba ahí, tan largo como se podía imaginar. Volvió su cara larga y con una sonrisa larga hizo el gesto de brindar, .con un vaso vacío. Yo no necesitaba más indirectas, llamé al orgulloso barman y le indiqué que rellenara el vaso largo del Largo.
Bebimos pacíficamente hasta que el fondo de los vasos llamó la atención del barman quien volvió botella en ristre y procedió a poner las cosas en su lugar. Tomó mi tarjeta de crédito y le pegó otro mordisco. Suspiré pacientemente y el Largo sonrío desde adentro de su vaso y luego:
-¿Y qué es lo que anda buscando, amigo?..
-Leyendas. Me han dicho que Ud. Tiene muchas.
-No son precisamente leyendas. Son historias, son historias míticas, si me permite el oximoron. Ud. Puede creerlas o considerarlas fantasías, pero la valoración correrá por su cuenta. Dígame, cree en el Big Bang.?.
- Bueno, últimamente está un poco discutido…Freeman dijo…
- Freeman es un simple actor. No sabe nada. Hay quienes investigaron, y no teóricamente sino en la práctica. Con un experimento en regla.
Me acomodé esperando la otra tanda.
- La INASA, es decir la NASA Internacional, armó una nave dotada con un sistema de impulsión que se mantiene en secreto para no herir la susceptibilidad de varias multinacionales de los combustibles tradicionales. Basta decir que los reactores de esta nave se alimentan con la misma radiación del espacio. ¿Se pregunta si esto es posible? Hace unos años un amigo mío a partir de un viejo televisor a válvulas, creó un motor que, tomando la radiación de las emisoras de radio y televisión, generaba un rayo impulsor que movía un automóvil liviano
-No sabía de eso.
-Nunca lo sabrá. Mi amigo y su auto experimental desaparecieron. Espero que esté instalado como un millonario retirado y no en el fondo del río con zapatos de cemento.
Callé con respeto y pedí reposición del combustible para el relator.
-Esta forma de repostar combustibles del mismo espacio se usa pero nadie lo dice, es un secreto de Estado.
El Largo calló por un rato en el que se quedó mirando el horizonte como si por ahí fuera a aparecer alguna de las míticas naves que me describía.
- Ud. no me cree – lo afirmó, no me preguntó.
- No importa, Largo. La historia es buena.
- 10 astronauta fueron entrenados especialmente. 5 hombres y 5 mujeres. Se esperaba un viaje largo y aburrido,¿Comprende?
-Comprendo 5 y 5 siempre que no hubiera un trans.
- No lo había, todos héteros de pura cepa.. No era un proyecto para divertirse. Quizá se requería mantener el número de tripulantes si el viaje era muy largo. O quizás había de repoblarse algún planeta perdido. En fin, embutieron a hombres y mujeres en sus trajes, los pusieron en una hermosa nave plateada que partió raudamente hacia donde los científicos suponían que estaba el punto exacto de la explosión primigenia.
Se detuvo, se le había terminado el combustible pero el barman estaba realmente entrenado. Rellenó los vasos y agregó algo salado para picar. El Largo arrancó con un crujido. Empecé a dudar de que no fuera un humanoide con un motor a alcohol.
- Ud. Seguramente lo ignora – aseveró el Largo, pero esas naves combinan los motores químicos, la vela y los motores a radiación. Parten con los motores químicos hasta que comienzan a absorber suficiente radiación como para sostenerse y tener energía para los saltos.
- ¿Los saltos?. ¿Saltos de qué?. ¿ Hay acaso obstáculos?.
- El único obstáculo es la ignorancia que impide hacer un relato en forma. Los saltos fueron previstos por ese astronauta alienígena, Einstein.
- Oiga, yo vine a escuchar leyendas del espacio estelar, no macanas alcohólicas.
El Largo se sonrió amargamente a todo a lo largo de su cara: Oiga – dijo con voz ronca – si Ud. No sabe que Albert Eisntein era un alienígena, debemos suspender esta charla.
- Bueno, hombre, para mi es toda una novedad.
- Lo era, y nos regaló la teoría de la relatividad, pero lo más importante fueron aquellas consecuencias que previó: una la de los saltos.
- Los agujeros de gusanos.
- Exacto, Oiga :Ud. No es tan burro como parecía. La concepción del espacio de un astronauta alienígena no se parece en nada a la de los animales de la Nasa. En nada. Para los de la Nasa el espacio era como un manso estanque. Para Einstein era la superficie de una esfera, una pelota, un globo, entiende.
Asentí con paciencia.
- Esa superficie es una lámina, un pellejo relativamente muy fino aunque caben en él todas las galaxias. Está cruzado de arrugas y tajos y agujeros. Todos estos accidentes, recorridos llanamente, insumen enormes distancias .Dar saltos de una cresta a otra o de un cañón a otro las acorta.
- Entiendo y el interior de la esfera, está vacío.
- Como su cráneo, amigo. No lo está. Está bullendo de partículas energéticas. Y no es homogéneo. Para nada. Hay corrientes, ríos espaciales, turbulencias y toda clase de recovecos. Hay que ser un buen navegante para andar por ahí. Pero es posible hacerlo. Un buen ejemplo es el océano terrestre. El marino piensa en él desde el punto de vista de su superficie; pero la ballena lo ve en todas sus magnificas posibilidades y si, en pocos días, pasa de un extremo al otro del planeta, es porque sabe montarse en esas corrientes y dejarse llevar a velocidades increíbles. Las naves que recorren el centro de la esfera pueden pasarla de lado a lado con el mismo sistema. Con una ventaja adicional, nadie ha visto a una ballena detenerse para tomar una cena. Mientras avanza, tan solo abre la boca y engulle una rica sopa de minúsculos seres que le proveen de energía. Igualmente las naves transesféricas van tomando la energía a la vez que avanzan.
Solamente atiné a pagarle otra copa.
- ¿Y entonces?- inquirí después de un rato de respetuoso silencio.
- Los chicos y las muchachas saludaron alegremente y partieron rumbo a su fascinante destino que se suponía era el centro de la esfera, sitio lógico del Big-Bang.
A través de un agujero de gusano hallaron, enseguida, una corriente de energía que atrapó a la nave y los llevó casi al centro. Erraron durante días hasta que los aparatos revelaron una notable singularidad.
Se trataba de una vasta nube de energía de forma esférica con un cráter en el centro, del cual partían, constante y lentamente, gases y partículas que se agregaban de inmediato, formando pequeños cuerpos estelares. Otros elementos, por el contrario, entraban por un cráter opuesto.
Había una fuerza de gravedad que los atrajo inexorable hacia este cráter. Algunos consideraron huir de esa fuerza, pero se impuso la razón fundamental: habían venido a investigar.
Se dejaron caer hacia el cráter-
- Eso los mató.
- Quien dijo eso?. Nadie murió. Vivieron experiencias maravillosas rodeados de elementos nunca imaginados que los acompañaron hasta que salieron.
Iniciaron el viaje de retorno inmediatamente. Aquello era el Big-Bang: No había estallido de energía ni rayos ni centellas, solo un tranquilo fluir de materia y energía que se uniría formando cuerpos más grandes organizados según las leyes de la dinámica.
- ¡Grandioso! – exclamé entusiasmado.
- Todavía no terminé. No interrumpa - Me retó el Largo..
- Bueno, volvieron los díez y…
- Quién dijo diez?.Cuando salieron del cráter ya no eran diez eran veinte.
Quedé sorprendido. El Largo aclaró: fueron todos duplicados.
- ¿Y la Nave?.
- La nave salió indemne. Extraordinario,¿no? . Solo los seres humanos..No murieron, ni perdieron la nave. Aterrizaron acá mismo, en la Luna, y si mira hacia esa parte del salón los verá compartiendo una mesa.
Ahí estaban, bien vivos y divertidos cada uno sentado frente a su clon como si se estuvieran mirando al espejo. Esperando, según me informó El Largo, una nave que los conduciría a poblar un nuevo planeta.
- Nada de explosión, nada de Big Bang. – comenté pensativo - Dígame, Largo, ¿cómo llamaríamos a ese fenómeno?.
-¿ Qué le parece Dios ?.
Dedicamos un brindis a eso y a los veinte aventureros, mientras el barman me traía una cuenta que sí parecía un Big-Bang.

FIN Omar G.Barsotti