Te soné.
Soñé que me soñabas.
Mirabas mis ojos.
Tus manos sudaban.
Te acercabas suave, yo sólo callaba.
Anhelabas mi piel, mi vida, mis manos.
Todo era nebuloso.
Penumbra y silencio.
Mi respiración y la tuya.
Observabas con tus manos ni cintura. Me acercabas a ti…
Tan pronto como me besabas, despertabas para soñarme nuevamente. De nunca acabar, un sueño de búsqueda y pasión.
Despertaste y me abrazaste dulcemente.
Y yo a tu lado sonreí y seguí durmiendo.
Texto agregado el 26-11-2013, y leído por 183
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