Viniste como la lluvia que tercia en abril pero no mojaste mis alas. Y me buscabas, eso lo sé por el gesto de tu cara, linda, debiste darme justa reprimenda. Pensé que por fin me había liberado de esos ojos, pero no fue así...sin pretenderlo, sin premeditación vine a ponerme justo a tu lado, y te marchaste y en tu faz vi la obstinación... y no es que fuera ésta a afear vuestro gesto, os he decepcionado, así se me refleja la realidad en dos espejos, nítida es la imagen que ayer contemplara.
Querrías ayudarme pero te encuentras frente al dilema heroico y tiendes a esperar porque a fin de cuentas sólo es tiempo la espera.
lo que acá sucede no es más que la nada redundante hacia la cual torna materia