He de decir desde el fondo de mi alma, desde su rincón mas obscuro y recóndito, abismado y perdido. Que no me arrepiento de nada, cada decisión ha sido premeditada y considerada la mas correcta de una gama enorme de posibilidades y rutas.
Hoy siendo el desprecio, el rencor y la envidia de varios, evitan mirar de frente y a los ojos, se esconden tras su fachada de ira. A ustedes señores les digo, ¡Vivan, hagan lo que tengan que hacer, no teman ni pospongan, si han firmado su contrato, cumplan!
Es así como las cosas van desarmándose, desglosándose y comprendiéndose, desde sus mismos cimientos.
He de confesar que no temo a represalias, pues la vida es un camino sin retorno, el tiempo no perdona a quienes se detienen a esperar. Tengo en mente cada palabra y cada acto realizado, favor concebido y discusión transcurrida. Confieso haber sido yo mismo constantemente y que es mi lengua tan amable y venenosa que confunde hasta a su portador. Confieso no haber buscado nada de lo que tengo, todo se alineo de forma maravillosa y virtuosa en conjunción a mi mismo, por lo que las envidias ajenas para mi están descartadas, no es culpa mía (o quizás si) ser quien soy y vivir como yo se vivir sin seguir vivencias de terceros y sin asumir ni problemas ni glorias de otros como propias.
He de agradecer a todo quien me ha escuchado, y mas aun agradezco a todo quien me ha enfrentado, debatido, discutido y contra argumentado. Pues es por ellos por quienes sigo en pie, por mis enemigos mas que por mis amigos. Es por ellos por quienes me he visto forzado a mejorar, aprender y crecer, sin dejar de lado el toque infantil del niño interior que creo todos llevamos dentro.
Gracias, como final al lector por su tiempo y a quienes rebatan por dar chance al desarrollo de ideas propias y fortuitas. |