Si vas por la montaña y te encuentras una casa embrujada, nunca se te ocurra limpiarla, nunca se te ocurra quitarle las telas de araña, nunca desacomodes sus cosas, todo está en su perfecto lugar, así lo decidieron los habitantes de esa casa, no sea que te suceda lo mismo de la niña Amy, en aquel día cuando salió a dar un paseo por el lugar donde nadie se atrevía a caminar, todos se metieron al igual que ella a esa mansión de muchos millones de dólares, todos se imaginaron que esa casa iba a ser el palacio donde sus sueños se realizarían; pero tan sucia, llena de objetos mal colocados casi a punto de caerse, telas de araña por doquier donde se asomaban sus peludos y pequeños huéspedes, y también otros no tan pequeños…Uy!!...si intentas tocarlos mucho, o tan siquiera arrancarlos, es como si un ladrón se metiera a tu casa a destrozar todo lo que te ha costado mucho construir, la niña Amy no sabía eso y eso fue lo que precisamente hizo: entró a la casa y dijo que si la limpiaba y acondicionaba sería la casa de sus sueños porque desde afuera se podía ver muy grande y cómoda. Del bosque arrancó unas ramas de un árbol y tomó otras que estaban tiradas en el suelo y se puso a limpiar la casa, acomodó objetos y quitó todas las telas de araña que se encontraban a su paso. Las arañas procedieron a huir de la casa muy enojadas porque les quitaron su lugar de donde ellas atrapaban a sus presas: “SUS TELAS DE ARAÑA”.
Pero la Amy topó con tan mala suerte que al abrir una puerta de un armario le cayó encima las sucias y oxidadas herramientas que utilizó hace mas de cien años el dueño de esa casa, quedó tumbada en el suelo totalmente sin conciencia. Al momento la niña estaba rodeada de miles de abejas que la estaban picando por todo su cuerpo! Pero de dónde salieron estas abejas?
Continuará...
Autora
Marcela V.B
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