LA FORJA DE UN LENGUAJE Y SEMIOLOGIA NUEVOS
[Extracto del artículo de El País, “Futuros fatidicos que ya estan aquí: La sociedad descrita en ‘Un mundo feliz’ es la pesadilla a la que parecemos dirigirnos”, (24nov13)]
Son las consecuencias del fordismo tan temidas por Huxley, no obstante, las que han terminado haciéndose con el control del mundo. Es el consumismo a gran escala, unido al desarrollo de la tecnología, el que rige nuestra civilización. Al fin, nos hemos rendido por completo a las ciegas exigencias del capital, carente de ética y de moral, en un vano intento de lograr una adormecida felicidad.
También lo auguraba Jack London muchos años antes, en El talón de hierro (1908): “De la inconsistencia e incoherencia morales del capitalismo los oligarcas extrajeron una ética nueva, coherente y definida, tajante y rígida como el acero, la más absurda, la menos científica y más poderosa que hubiese tenido jamás una clase de tiranos”. Pero la profecía huxleyana afina aún más al intuir que el origen del mal sería anónimo. En Un mundo feliz no hay una cabeza visible de Gobierno, ni un líder definido, ni nadie en concreto contra quien rebelarse, solo hay personas que mandan más y personas que mandan menos, pero todo forma parte de un sistema impersonal y abstracto que nadie dirige y al que nadie escapa.
http://elpais.com/elpais/2013/11/07/opinion/1383853908_900723.html
Juan Jacinto Muñoz Rengel
De camino a un cierto resurgir nuevo y posible, queda no obstante, deslumbrar de forma también pública como parte igualmente de un ken y semiología nuevos, las relaciones causal y estructurales de los distintos componentes de una estructura o tejido de poder terrenal, siendo el basamento de todo, al final y en principio la psicología humana-la racionalidad del ser humano y el estado permanente-inherente-de necesidad en la que vive a todos los niveles de su experiencia biológica-vital.
Como también es esencial conceptualizar la voluntad humana como mecanismo de imposición-sobre las circunstancias e irremediablemente sobre otros seres humanos, también, en cualquier modo de esta imposición, bien física, económica, a través de la dialéctica o sólo simplemente conceptual (la más poderosa, finalmente).
Pero de la naturaleza feroz del ser humano en todo su majestad y respecto a cualquier índole de acción que es capaz luego de realizar, no debemos escondernos como colectivo social;
Y como salvaguarda como limite que todos hemos de ser capaces de auto imponernos como individuos está nada más que la misma conceptualización de uno/a mismo/a-y por implicación lógica, los demás-como organismos cognoscentes intrínsecamente constituidos en todo fibra y aspecto de su vitalidad simplemente de la necesidad en sí.
Porque la raíz de los males-de los verdaderos horrores históricos del hombre-es la obviación del valor intrínseco del ser humano en sí que es y como valor, siempre constante a través de cualesquiera circunstancias y avatares del ser y estar de las condiciones humanas a través del tiempo.
Pero afortunadamente, esto de echar mano de forma oportunista del valor contrario como función que es el otro como medio o objeto-solo considerado extrínsecamente en su valía desde la lógica e intereses de otros-tiene sus días contados en cuanto modo lícito y culturalmente sancionado de comportarse, sobre todo por parte de los poderes fácticos, siempre velados-siempre aviesos en su relación con el prójimo.
Pero, ¿eres tú consciente, en realidad, de tu propio valor intrínseco e inherente como individuo?
En eso está la clave de todo, finalmente y en principio.
El sistema capitalista, por cierto, ha seguido una dinámica como esfuerzo tácito y no declarado a lo largo de las décadas a que sea precisamente esto que no llegues a entender muy bien;
Esto precisamente que algunos sí comprendieron no obstante-ciertos abogados, ideólogos y psicólogos militares-aunque fuera solo de forma circunstancial y oportunista, si quiera y en un principio.
Y la táctica a seguir fue simplemente que no se llegara a poner de forma tan flagrante sobre el tapete social y culturalmente:
A modo de una cátedra socio-económica oculta, pero veladamente rector detrás y encima de cualquier narrativa democrática o de progreso humano.
Nada más.
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