Sientes cuando la ciudad de noche te respira en la sien, miras a tu lado y ves algún recuerdo botado
El sabor embriagante de tu voz, solo nos ilumina el brillo perfecto de esta ciega ciudad. El aroma rápido de un primer verso colecciona segundos muertos.

Aparece escondido el conciente amanecer, remece miradas dormidas
una sonrisa abatida reconoce frases perdidas
cuantas pisadas reconocen como propias las calles que nos tiñen de tiempos perfectos
borramos las dudas con fuego en la mirada, quemamos corazones, conocíamos las razones
hablas en el tiempo descongelando sentimientos, juegas a parir remordimientos
después entras en mi mirada y no encuentras nada
Oculte lo que querías ver y dibuje en tus manos vacías los recuerdos que merecías
en la mesa dos cafés que se enfrían, manos que juegan con cabello, y una mirada fija en el suelo.