Calixto era un joven extraño, muy extraño.

Vivía en un cuarto de soltero, con el desorden de un caos juvenil, su única compañía era una araña.
Bueno, ¿ y eso qué tiene de extraño?, me podrán preguntar Uds.
Si pues, ¿quién no tiene una araña en la arista de la pared? Esa que una deja ahí, por descuido por dejadez, y el insecto va creciendo y creciendo. Pero la amiga de Calixto era enorme, y cuando digo enorme, es que era enorme.

Bajaba todas las noches, junto a la cabecera, y Calixto le tenía una almohada, donde cómodamente dormía, y si ésta no estaba, por haber ido a cazar por algún rincón, el joven imberbe no descansaba.

Calixto era extraño, muy extraño. Tenía una manía o un tic-digamos así- que era la de acomodarse la el cuello de la camisa, cada tres minutos. Al principio los amigos lo tomaron como algo casual, pero después de un tiempo parecía molesto. Ver a una persona que habla contigo y se está agarrando el cuello no es normal, más bien es raro. O parecía absurdo ver que repetía la última palabra que tú habías dicho.

-Pedro, ¿tú crees que la profesora tomara el examen hoy?
-Dijo que para el martes.
-el martes.
- ¿Y qué va a tomar?
- Creo que psicología
-Psicología

Todo el tiempo hablaba de su araña. De lo grande que era, de la especie, de sus características. Todos suponían que era su mascota y le tenía en buen resguardo, es decir en una caja de vidrio, o una cosa así, no sabían que Calixto era extraño, muy extraño.

Era rara la simbiosis que tenía con su mascota, si es que él la consideraba así, más bien creo que su relación era algo maternal, como si su cordón umbilical no se hubiese………….

¡¡¡¡¡Qué!!!!!!!!
¿Qué pasa?
¡¡¡¡Hay dios!!!!!!, ¡¡¡¡¡¡no!!!!
¡¡¡¡¡¡Nooo!!!!!
¿Qué pasa? , ¡Tengo que correr!
¡Saltar!, ¡un hueco por favor!
¡¡¡¡¡¡Tengo que huir!!!!!
¡¡¡¡¡¡Ahhhh!!!!!!!, por fin una rendija.

Calixto es extraño, muy extraño. Y yo una tonta, con mis antenas alertas y no haberlo detectado, o al menos haberlo sentido a este raro ser, queriéndome aplastar con esa revista, a mí, una cucaracha lista.