POEMA I.
(Las voces en silencio).
Te encontré tendido,
en las sábanas blancas y frías,
con las camas a tu orilla de gente desconocida,
tu rostro pálido, por los dolores de las heridas,
la mujer de blanco, te sonreía,
y en silencio, guardas tu dolor,
las noches, son largas,
las mañanas frías,
el pasó de la gente que iba y venia,
interminable, aprisa, todo el día,
tu cuerpo poco, apoco, perdía,
fuerzas necesarias para la vida,
y tu voz ronca, en dos se partía,
y tus oídos, lejos, lejos voces oía,
en tus ojos taciturnos, la luz del día,
lentamente, oscurecía,
que lejos quedaron esos días,
cuando todos te aclamaban,
en los triunfos de campeón,
y hoy en esta cama fría,
condenado, solo, abandonado,
tu cuerpo, ya no saldría,
con vida, con sonrisas y alegría,
así tu mente lánguida se perdió,
pensando en la partida,
de tu alma y tu vida,
te encontré tendido,
en las sábanas blancas y frías.
Rey Cimba. ©
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