Ah vaina...la cucha reventó fuente, y vamos en Metro.
Se me acabó la piscina; corren con ella, ambulancia, sala de partos.
No quiero nacer...he visto lo que hacen los hombres...no quiero nacer...Rousseau tenés razón...sin embargo, tocó. De entrada me sacan del cuello; luego, una palamada en el culo, quieren que llore...pero no voy a llorar...soy todo un vaaaarón. Un lágrima alcanza a rodar sobre la faz de mi tez...sólo escucho: señora...hicimos toooodo lo posible, pero nació muy vivo.

Este microcuento lo escríbí para "Un cuento para mi ciudad en 100 palabras", no gané nada, pero me divertí al escribirlo.