-Eso de los doblajes es estimulante.
-¿Por qué?
- Porque puedes estar más cerca de hacer los cambios que se necesitan.
- ¿Quieres hacer cambios?
- Por supuesto. ¿Cómo me preguntas eso? Si doblamos en senadores y diputados, podemos olvidarnos de doblar y cambiamos el binominal y la Constitución.
- ¿Si yo fuera de candidata, votarías por mí?
- ¿Tú? ¡Imposible! si somos tan parecidos ¿cómo competir?
- ¿Serías candidato?
- Ni cagando. Si ni tú votarías por mí.
- Pero puedes salir electo por arrastre. En eso de ir en parejas hay uno que saca tantos votos que su partner sale elegido por sostenerle la corona al otro.
- Exacto. eso es lo malo del binominal, se alimentan de lo que es el otro y su éxito.
- Exacto.
- ¿Me quieres decir algo?
- Sí. No me gusta el doblaje. He vivido un doblaje, una doble vida. Viví la invitación de un antiguo amigo a doblarme y me incliné, me doblé como voto antes de que me pusieran el sello, como origami haciendo figuras que no conocí contigo: la grulla ¿la conoces? León luchando con serpiente, la liebre. La que me decidió a hablar es "Albatro que vuela".
- Viste que somos parecidos. Si doblar justamente es ser dos y volverse uno.
- Qué linda imagen. Eso admiro de ti. Pero si me permites discrepar, ser dos contigo es justamente volverse una otra que no quiero ser.
- ¿Ya no me amas?
- Por supuesto que sí, pero no te amo más que lo que me amo a mí misma.
- Bienvenida tu misma, pero no me culpes de haber sido yo mismo.
- ¡Para nada! Tú pusiste el tema del doblaje y de hacer cambios.
- ¿Te pido un favor?
- Dime.
- Me despiertas mañana temprano. Y si puedes, dile a nuestros amigos que lo nuestro se terminó por el "maldito tiempo" o la rutina. O por último porque te dijeron que te engañaba con otra.
- Si eso quieres, bien, fue la otra quien me avisó que me engañabas.
- Ok, mañana me voy
- Buenas noches, y suerte con tu doblaje.