Por una calle desierta repleta de historias avanzaba el mendigo arrastrando su futuro. Un pasado sin recuerdos, solo imágenes borrosas que intentaba rescatar para un presente incierto.
A lo lejos, algunos destellos de luz en la noche interminable. Un frío interno que no comulgaba con la pesadez de un verano abrasador.
La imagen de un niño durmiendo a la luz del escaparate de la tienda. Era aquel chico que un día huyó de la vida, condenado a vagar por las curtidas arterias de una ciudad ausente.
Lo cargó en su costal, en una postrera evocación de su desdichada realidad.
Una pesada carga que lo desplomó en la noche sin estrellas.
OTREBLA
Texto agregado el 16-11-2013, y leído por 193
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
16-11-2013
Pintas ven tu relato una imágen muy común en las ciudades.Es un cuadro de miseria y hambre,al cual,desafortunadamente,ya nos acostumbramos.UN ABRAZO. gafer
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