MI VIDA ENTRE DOS FRASES.

Tal vez como guiado por esta conocida frase anónima de que “el que no arriesga no gana” malgasté toda mi soltería apostando a esos amores imposibles de retener. Lo digo porque aposté demasiado y siempre perdí. Pero hoy no lo lamento, todas aquellas mujeres supieron dejar en mí muy gratos recuerdos. Recuerdos y también una gran duda existencial: Yo no sé si ellas ya se conocían entre sí, o cada una me escuchó hablar dormido un poco de más, porque todas me abandonaron dejándome en una nota la célebre frase olímpica de Pierre de Coubertin “Lo importante no es ganar, sino competir”.